La Administración tiene como objetivo llevar a cabo acciones en
presente que generen resultados positivos a largo plazo. Sin embargo, en este
caso se ha visto frustrado, ya que los pagos de prestaciones realizados durante
la pandemia, destinados a estabilizar la economía familiar y asegurar la
continuidad laboral de los trabajadores autónomos, ahora rompen esa armonía. La
Administración intenta corregir un error propio, afectando negativamente la
economía de estos, que aún están lidiando con las consecuencias de la crisis.
Aunque la capacidad de la Administración ya era cuestionable en tiempos normales, la pandemia la puso en jaque en el contexto más complejo e incierto del último siglo. Ese escenario demandó de ella un altísimo y arduo trabajo, que supuso entre otras cosas la toma de decisiones aceleradas e incluso de improvisación y esta es la razón de un sinfín de errores que se cometieron y que hoy, superado aquel momento, pretenden ser resueltos aunque eso suponga un perjuicio para los trabajadores.
Es importante señalar que, aunque los pagos indebidos pueden ser
reclamados dentro de un plazo legal, el Tribunal Supremo ya ha establecido que
un contribuyente no está obligado a devolver una prestación recibida por un
error administrativo, siempre que haya actuado de buena fe. Los beneficiarios
de estas ayudas confiaron en la Administración, que parecía estar actuando
correctamente. Si el error fue de ella, no hay mala fe por parte de los
beneficiarios, quienes no deberían tener que reembolsar lo que se les reclama.
La jurisprudencia ha dejado claro que la Administración debe cumplir
con sus obligaciones antes de exigir lo mismo a los demás. La Ley 40/2015
establece principios de buena fe y confianza legítima, pero esto no implica que
los ciudadanos deban cargar con las consecuencias de decisiones administrativas
erróneas. Además, la Ley 39/2015 señala que aquellos que causan vicios o
defectos en un acto no pueden alegarlos en su beneficio.
Aceptar la validez de estas reclamaciones sería aceptar que la
Administración se beneficie de sus propios errores, lo cual va en contra de
principios jurídicos fundamentales. La doctrina de la torpeza, presente en este
conflicto, es reproche de una falta de coherencia que obedece al error
administrativo y que se alza frente a la obligación de la Administración
Pública de actuar con diligencia y máxima eficacia en el desempeño de sus
funciones.
Exigir la devolución de estas prestaciones podría ser ilegal si no
hubo dolo por parte de los beneficiarios y el error fue exclusivamente de la
Administración. Aunque cada caso puede tener sus particularidades, la tendencia
en la jurisprudencia (del Tribunal Supremo y del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos) sostiene que los ciudadanos no deben devolver ayudas recibidas por
errores administrativos, siempre que no haya mala fe.
Para los afectados la confianza es hoy un espejismo. El proceso de
auditoría actual está generando incertidumbre y serias dificultades económicas
para los que luchan por mantenerse a flote mientras enfrentan la presión de
devolver los pagos en un corto plazo.
Sobran razones para la pérdida de confianza, esta se convierte en
una vela que se apaga por el viento de la desilusión, el desamparo y la
inseguridad. Las consecuencias serán profundas y duraderas, se endeudan
trabajadores que representan un pilar esencial de la economía española, se
debilita el compromiso con el bien común y el entendimiento mutuo, todo conduce hacia la falta de legitimidad de un gobierno que cae en el descrédito y la
desconfianza.
1 Comentarios
No se puede estar más de acuerdo con el articulo, seguridad social se equivoca el contribuyente y solo te devuelven un cierto periodo de tiempo, administración de justicia juicios para dentro de dos años, publicación de sentencia un año pasado el juicio, ayudas concedidas en tiempo de pandemia, ahora te piden requisitos y sino cumples tienes que devolver las ayudas etc. Y como muy bien dice el articulo la justicia ya ha determinado el criterio a seguir y la Administración no se da por enterada, el endiosamiento de la administración es muy preocupante. Buen artículo, a ver si sirve para algo.
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