Mis queridos lectores, es hora de abordar un nuevo artículo adentrándome en uno de los objetivos primordiales de la pedagogía del canto como es el de la técnica vocal.
La finalidad de la misma es llegar a alcanzar el mejor rendimiento de la voz con el menor esfuerzo posible y prevenir y solventar cualquier patología que la damnifique. No hay que olvidar que desde el alumbramiento hasta la senectud la voz sufre constantes transformaciones y cambios fisiológicos de gran relevancia. Será en la etapa de la adolescencia, expresamente en el período de la muda de voz, donde habrá que prestar mayor atención y cuidado. Entender la técnica vocal es por tanto atender al estudio del aparato respiratorio, fonador, resonador, postura corporal y salud vocal.
Atendiendo al aparato respiratorio puedo atestiguar que el canto se convertirá en el ejercicio excelente para desarrollar y fortalecer la respiración. El aire será entendido como la base del canto y la clave del éxito del intérprete. Una de las aspiraciones será poder llegar a controlar y manejar toda una musculatura abdominal junto a una correcta cogida del aire. El diafragma será reconocido como el músculo por excelencia de dicho aparato y el que dote al cantante de una respiración completa y de buena calidad. Tiene forma de cúpula y separa la cavidad torácica del abdomen. En la inspiración desciende y dilata los músculos intercostales y las paredes abdominales. Para su percepción y control será recomendable la práctica de ejercicios como base de entrenamiento.
El aparato fonador está constituido principalmente por la laringe, órgano cartilaginoso y muscular situado en la parte anterior y media del cuello. En su interior se encuentran las cuerdas vocales, dos músculos tendinosos de color blanquecino, por donde el aire, al pasar por ellas, hará que vibren y produzcan el sonido. Dependiendo de su grado de tensión, longitud y masa se origina un sonido más grave o más agudo que a su vez quedará modificado por los órganos articulatorios y las cavidades de resonancia. La mandíbula inferior será considerada como el órgano articulatorio por excelsitud. En el momento de la fonación se tendrá en cuenta la tonicidad, agilidad y relajación de dichos órganos para alcanzar una perfecta articulación, dicción, pronunciación y calidad del sonido. Dichas cualidades dotarán de expresividad, matices, precisión e interpretación a la voz. En la ejecución de la misma el oído y el cerebro desempeñarán un papel crucial y transcendental.
El aparato resonador es considerado como el conjunto de órganos que amplifican, modifican, dotan de calidad y embellecen el sonido. Es bien sabido que los defectos de la emisión pueden estar ocasionados por causas físicas, fisiológicas, patológicas y psíquicas. Por ende, una postura corporal erguida y relajada favorecerá a la misma, mientras que una alteración de ella incidirá en la musculatura originando ciertas tensiones que afectarán del mismo modo a la fonación, apoyo y calidad de resonancia. De este buen proceder se tomará plena conciencia del apoyo del aire, de su estabilidad, dominio y seguridad.
El conocimiento de una salud vocal formará parte del cuidado y consciencia de toda una serie de hábitos para prevenir y o superar las patologías de la voz.
En pocas palabras y para concluir deseo transmitirles que el aire y la palabra serán el apoyo y la base del canto.
Cantar encierra todo un mecanismo que requiere de estudio, disciplina y técnica, pero será uno de los paseos más emocionantes y gratificantes que experimente el artista.
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