Capítulo 16: El Destino Sellado

La noche se cernía sobre ellos, envolviendo el bosque en una quietud inquietante. Después del ataque a Ron, decidieron volver a la cueva y fortalecer su refugio con encantamientos de protección. Pero aunque el peligro aún acechaba en las sombras, algo había cambiado entre ellos.

Harry e Hermione ya no necesitaban palabras para comprender lo que sentían. Sus miradas, sus gestos, incluso el roce fugaz de sus manos, hablaban más fuerte que cualquier hechizo.

Ron lo había notado. Y aunque no había dicho nada más, la tensión entre ellos era palpable.

Sentados alrededor de la fogata, el fuego reflejaba en los ojos de cada uno la tormenta de pensamientos que los asaltaba.

—Tenemos que descubrir qué fue lo que atacó a Ron —dijo Harry, rompiendo el silencio.

Ron, que estaba recostado contra una roca con el brazo aún adolorido, resopló.

—Yo diría que lo averiguamos cuando estemos más lejos de aquí.

Hermione, que estaba sentada cerca de Harry, asintió.

—No podemos quedarnos mucho tiempo en un solo lugar. Si esas criaturas nos están siguiendo, significa que algo más grande se está moviendo en las sombras.

—¿Algo más grande? —preguntó Ron, con el ceño fruncido.

Hermione tomó un libro de su mochila y lo abrió con rapidez.

—Desde que encontramos el círculo de piedras, algo no cuadra. La energía mágica en este bosque no solo está corrompida, sino que parece reaccionar a nuestra presencia. Como si…

—Como si nos estuvieran esperando —completó Harry.

Hermione lo miró con intensidad.

—Exacto.

Ron soltó una risa seca.

—Genial. O sea que no solo estamos huyendo de sombras asesinas, sino que también somos el objetivo de algo peor.

Harry apretó la mandíbula.

—Sí. Y tenemos que averiguar qué es antes de que nos encuentre primero.

Ron pasó una mano por su cabello, frustrado.

—Bien. ¿Y cuál es el plan?

Hermione hojeó el libro rápidamente.

—Aquí hay un hechizo de rastreo antiguo. Si las criaturas que nos atacaron provienen de una fuente de magia oscura, podríamos seguir la energía hasta su origen.

—¿Y qué tan seguro es eso? —preguntó Ron con recelo.

—Nada de lo que estamos haciendo es seguro, Ron —respondió Hermione, con un destello de determinación en los ojos—. Pero tenemos que intentarlo.

Harry la observó, admirando la forma en que su mente trabajaba con precisión incluso en medio del peligro. Sin pensarlo demasiado, deslizó su mano sobre la de ella, entrelazando sus dedos.

Hermione se tensó por un instante, pero luego se relajó, devolviéndole la presión con suavidad.

Ron lo notó.

—Así que… ¿esto es real? —preguntó de repente, con voz tensa.

El silencio cayó sobre ellos.

Harry no apartó la mirada de Ron.

—Sí.

Hermione tragó saliva, pero no soltó la mano de Harry.

Ron desvió la mirada hacia el fuego.

—Lo sabía.

—Ron… —comenzó Hermione, pero él levantó una mano para detenerla.

—No tienen que explicarlo. No ahora.

Su voz no era de enojo, pero había un cansancio en sus ojos que a Harry le resultó doloroso.

Hermione suspiró.

—No queríamos lastimarte.

Ron soltó una risa breve, pero sin alegría.

—Lo sé. Pero eso no cambia nada.

Harry apretó la mandíbula.

—Sigues siendo nuestro amigo. Nada de esto cambia eso.

Ron levantó la vista y lo miró fijamente.

—¿No? —exhaló con una sonrisa amarga—. Ya veremos.

El silencio se alargó entre ellos, pesado y lleno de cosas que no podían decirse en ese momento.

Finalmente, Hermione volvió su atención al libro.

—Vamos a hacer el hechizo.

Harry asintió, aún sosteniendo su mano.

Ron suspiró y tomó su varita.

—Hagámoslo rápido.

Concentrados en la tarea, los tres se pusieron en círculo. Hermione comenzó a recitar las palabras antiguas, y de inmediato, un leve resplandor azul comenzó a emanar de la tierra.

La energía del bosque respondió al conjuro. Las sombras temblaron. Algo se agitó en la oscuridad.

Y entonces, la luz formó un camino.

Uno que los llevaría directo al corazón del misterio.

Harry apretó la mano de Hermione con más fuerza.

Estaban juntos.

Y el destino no les daría marcha atrás.

Capítulo 16: El Destino Sellado