El impacto en la salud mental de la infancia libanesa perdura tras el alto el fuego
La última guerra en el Líbano ha tenido un impacto negativo significativo en la vida de los niños, con efectos que siguen repercutiendo incluso después de que el alto el fuego entrara en vigor en noviembre de 2024, según un nuevo informe de UNICEF.
La devastadora guerra obligó a los niños y niñas a huir de sus hogares, dañó instalaciones que proporcionaban servicios esenciales e infligió heridas físicas y emocionales a niños y niñas de todo el país.
“La guerra ha tenido un terrible impacto en los niños y niñas, afectando a casi todos los aspectos de sus vidas: su salud, su educación y, en última instancia, su futuro”, ha afirmado Akhil Iyer, representante de UNICEF en el Líbano. “Los niños y las niñas del Líbano necesitan apoyo urgente para curarse, reconstruir sus vidas y sobrevivir a los efectos duraderos de esta crisis”.
En una encuesta realizada por UNICEF en enero de 2025, el 72% de los cuidadores afirmaron que sus hijos estaban ansiosos o nerviosos durante la guerra, y el 62% dijo que estaban deprimidos o tristes. Esto representa un aumento con respecto a los datos anteriores a la guerra recogidos en 2023. Aunque 8 de cada 10 cuidadores afirmaron haber observado cierta mejoría en la salud mental de sus hijos desde el alto el fuego, aquellos que soportaron periodos prolongados de estrés traumático podrían enfrentarse a consecuencias sanitarias y psicológicas de por vida.
La evaluación también reveló un alarmante panorama de la nutrición infantil, especialmente en las zonas densamente pobladas de las gobernaciones de Baalbeck-Hermel y Bekaa, que fueron blanco repetido de ataques aéreos.
En Baalbeck-Hermel, más de la mitad (51%) de los niños y niñas menores de 2 años sufren pobreza alimentaria severa. En Bekaa, la tasa era del 45%, un aumento espectacular desde el 28% de 2023. Se considera que los niños y niñas se encuentran en situación de pobreza alimentaria severa si consumen dos o menos de los ocho grupos de alimentos clave.
La crisis se extiende más allá de los lactantes. Casi la mitad de los menores de 18 años (49%) en Bekaa y algo más de un tercio (34%) en Baalbeck-Hermel no habían comido o sólo habían tomado una comida el día anterior a la realización de la encuesta. En todo el país, la tasa era del 30%.
La mala alimentación y la frecuencia insuficiente de las comidas frenan el crecimiento y el desarrollo cognitivo de los niños y aumentan el riesgo de que sufran desnutrición potencialmente mortal.
El conflicto también agravó la difícil situación de la educación en Líbano, que ya había dejado a más de 500.000 niños y niñas sin escolarizar tras años de conflictos económicos, huelgas de profesores y el impacto de la COVID-19. Las escuelas fueron destruidas o gravemente dañadas en la guerra y cientos más se utilizaron como refugios para algunos de los 1,3 millones de desplazados internos a causa del conflicto.
Incluso con el alto el fuego, la asistencia a la escuela sigue siendo baja. Más del 25% de los niños y niñas seguían sin ir a la escuela en el momento de la encuesta del mes pasado, en comparación con el 65% durante la guerra.
Muchos niños y niñas no pueden asistir a la escuela debido a obstáculos económicos. Dos tercios de las familias con niños y niñas sin escolarizar citan los elevados costes de las tasas escolares, el transporte y los materiales, una cifra que se ha duplicado desde 2023.
La evaluación también muestra que:
- El 45% de los hogares se vieron obligados a recortar gastos en sanidad y el 30% en educación para poder cubrir sus necesidades básicas.
- El 31% de los hogares carecía de agua potable suficiente.
- El 33% de los hogares no tenía acceso a los medicamentos que necesitaban sus hijos.
- El 22% de los hogares carecía de calefacción para el invierno.
Líbano se enfrenta a inmensos retos para recuperarse de la devastación de la guerra y de años de agitación política y económica. UNICEF apoyó a los niños y niñas durante la guerra y se ha comprometido a seguir apoyando los esfuerzos de recuperación y reconstrucción.
"Estos datos proporcionan pruebas innegables de la necesidad crítica de actuar ahora. Líbano debe recibir la ayuda que necesita para restablecer infraestructuras y servicios vitales, garantizando que los niños y niñas tengan un futuro al que aspirar”, ha declarado Iyer. "En este momento tan frágil y decisivo de la historia del Líbano, no podemos permitirnos esperar. Pedimos a todas las partes que respeten los términos del alto el fuego y que trabajen con la comunidad internacional para mantener la paz y garantizar un futuro mejor para los niños, y pedimos al nuevo gobierno del país que ponga como prioridad los derechos y las necesidades de los niños en la agenda de reforma y recuperación”.
Dada la complejidad de la crisis, y su impacto a largo plazo en los niños y niñas, existe una necesidad urgente de apoyo sostenido en este momento crítico para el Líbano. UNICEF hace un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye a los niños y las niñas del Líbano y contribuya al llamamiento de 2025 de 632,8 millones de euros (658,2 millones de dólares) para prestar asistencia vital a 2,4 millones de personas en todo el país.
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