✍ Francisco José Castillo Navarro/ El fútbol femenino sigue sin despegar en términos de audiencia. A pesar del creciente interés mediático, las cifras siguen dejando mucho que desear, incluso cuando se trata de un partido con tanto atractivo como un Real Madrid-Barcelona. La reciente semifinal de la Copa de la Reina, disputada en el Alfredo di Stéfano y emitida en abierto por Teledeporte, sólo consiguió reunir a 208.000 espectadores de media, un 2,2% de share. Cifras decepcionantes que obligan a hacerse la pregunta: ¿realmente hay interés por el fútbol femenino o es solo una burbuja mediática?
No es solo una cuestión de comparación con el fútbol masculino, que se encuentra en otra dimensión y se ve hasta siete veces más. El dato más preocupante es que incluso una repetición de la serie La que se avecina (258.000 espectadores, 2,5% de share) o una película western emitida en Trece (El cazador de recompensas, 330.000 espectadores, 3,7%) consiguieron más audiencia que el partido femenino. ¿Qué está fallando?
El problema no parece ser la falta de accesibilidad. El partido fue emitido en abierto, disponible para todos los espectadores de manera gratuita. Sin embargo, la respuesta fue tibia, lo que indica que el interés no es suficiente para atraer a las masas. Aún más llamativo resulta que TVE decidiera relegarlo a Teledeporte, mientras en La 2 emitía una película de 1952, Rebelión India, que obtuvo incluso peores datos (1,9% de share y 148.000 espectadores). ¿Fue una mala decisión de programación o simplemente un reflejo de la realidad del fútbol femenino?
A todo esto se suma la falta de competitividad en el terreno de juego. El Barcelona humilló al Real Madrid con un contundente 0-5, demostrando la enorme diferencia de nivel que sigue existiendo entre ambos equipos. Salma Paralluelo y Ewa Pajor se lucieron con un doblete y un hat-trick, respectivamente, dejando la eliminatoria vista para sentencia.
Otro aspecto a considerar es la postura de ciertos sectores del feminismo radical, que defienden el fútbol femenino de manera vehemente en redes sociales y discursos, pero que no se traducen en apoyo real en las gradas o en la audiencia televisiva. Muchas de estas voces que exigen mayor visibilidad y presupuesto para el fútbol femenino ni siquiera consumen estos partidos, ya que simplemente no les interesa el deporte.
La pregunta inevitable es: ¿qué necesita el fútbol femenino para enganchar a los aficionados? ¿Es cuestión de marketing? ¿De calidad de juego? ¿De cultura futbolística? Se ha invertido mucho en promocionar la liga femenina, en mejorar su visibilidad y en ofrecerla de forma accesible, pero los números siguen sin respaldar su sostenibilidad.
El discurso oficial insiste en el crecimiento y la igualdad, pero los datos dejan dudas. Si ni siquiera un Clásico puede atraer a las masas, ¿realmente el fútbol femenino puede consolidarse como un producto de interés general? ¿O simplemente estamos ante una apuesta con fecha de caducidad?
1 Comentarios
Lógico. El éxito no se impone, surge desde las bases.
ResponderEliminarSi el feminismo quiso, si no sí, potenciar el fútbol femenino y de entrada que resultara exitoso moviendo las masas y promocionando medios... no, nunca resultará. El éxito se gana.