Ayer, 4 de febrero, un trágico tiroteo sacudió la ciudad de Örebro, Suecia, dejando un saldo de 11 personas fallecidas, entre ellas el presunto atacante, Rickard Andersson, quien al llegar a las autoridades se quitó la vida tras perpetrar el ataque en el Campus Risbergska. Andersson disparó aproximadamente 70 veces durante el ataque.
El incidente ocurrió en el centro educativo Risbergska, donde el agresor, utilizó armas de fuego para perpetrar el ataque. Este suceso ha sido catalogado como el tiroteo más mortífero en la historia reciente de Suecia.
Las autoridades suecas informaron que Rickard Andersson, desempleado y con licencia para cuatro armas, no estaba en el radar policial ni tenía vínculos con grupos criminales o terroristas.
Durante la investigación, se hallaron tres rifles y una gran cantidad de munición en la escena del crimen.
El ataque dejó seis personas gravemente heridas, quienes fueron hospitalizadas y estabilizadas tras ser intervenidos de emergencia.
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