-->
📢 ¡Atención, amantes de la literatura! 📢 Muy pronto anunciaremos las nuevas fechas de presentación de "El Fénix Renacido", la esperada obra del escritor Francisco José Castillo Navarro. 🔥📖 Si deseas asegurarte un ejemplar de esta fascinante historia, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de marketing@periodicodebaleares.es. ¡No te quedes sin el tuyo! ✨

Capítulo 12: Destinos entrelazados

 


✍ Francisco José Castillo Navarro/

Harry Potter y el camino del corazón: La Alianza que transformó el destino 












Capítulo 12: Destinos entrelazados

El bosque seguía envuelto en un silencio antinatural. Harry, Hermione y Ron permanecían de pie, observando con recelo a la figura encapuchada que los acechaba desde la distancia. La luna derramaba su pálida luz sobre el claro, pero algo en su brillo parecía apagado, distorsionado.

—Nos está observando —susurró Hermione, su voz apenas un hilo de sonido en la oscuridad.

Harry entrecerró los ojos, su varita firme en la mano. Sabía que no podían quedarse ahí. Habían caído en un mundo que no les pertenecía, uno donde las reglas de la magia y la realidad parecían torcerse.

Ron tragó saliva y lanzó una mirada nerviosa a su alrededor. —¿Y si solo… huimos? No tiene sentido quedarnos aquí esperando a que esa cosa haga su siguiente movimiento.

Hermione negó con la cabeza, sus rizos temblando con el gesto. —Si huimos sin saber a dónde, podríamos terminar más atrapados de lo que ya estamos.

Harry asintió. —Tiene razón.

Ron apretó los dientes. No le gustaba, pero sabía que era cierto.

Entonces, sin previo aviso, la figura encapuchada se desvaneció en un susurro de sombras.

Un escalofrío recorrió la piel de los tres magos.

—Eso no es bueno —murmuró Ron.

Antes de que pudieran reaccionar, el aire a su alrededor cambió. Las sombras en los árboles se alargaron, serpenteando como si tuvieran vida propia. La luna parecía más lejana. Y luego, una niebla espesa comenzó a envolver el claro.

—Nos está aislando —dijo Hermione con un nudo en la garganta.

Harry sintió la presión en su pecho aumentar. Algo no estaba bien.

—Hay que mantenernos juntos.

Pero entonces, la niebla se cerró a su alrededor.

Y el mundo desapareció.


Cuando la niebla se disipó, Harry ya no estaba en el bosque.

Se encontraba de pie en el Gran Comedor de Hogwarts, pero no era el mismo. Las velas flotantes estaban apagadas, y la única iluminación provenía de un cielo nocturno demasiado oscuro, con estrellas que parecían moverse en patrones imposibles.

Y frente a él… estaba Hermione.

Pero no era solo Hermione.

Su expresión era diferente. Sus ojos reflejaban una tristeza profunda, una nostalgia que él no entendía del todo.

—Esto no es real… —murmuró él, dando un paso hacia ella.

Hermione no se movió, solo lo miró con esa intensidad que siempre lo dejaba sin palabras.

—Tal vez no —susurró—. Pero hay cosas que incluso los sueños pueden revelar.

Harry frunció el ceño. —¿Qué quieres decir?

Hermione bajó la mirada por un momento. Cuando volvió a alzarla, su voz era más firme.

—Siempre hemos estado conectados, Harry. Lo hemos estado desde el principio.

Harry sintió un nudo en la garganta. Sabía que sus vidas estaban entrelazadas, que habían pasado por cosas que nadie más podría entender. Pero la forma en la que lo decía…

Era diferente.

Hermione se acercó un poco más.

—A veces siento que hay cosas que no hemos dicho.

Harry abrió la boca, pero no encontró palabras. ¿Era la niebla? ¿Era la magia de este lugar? ¿O era algo que había estado enterrado dentro de él durante demasiado tiempo?

—Hermione, yo…

Pero antes de que pudiera terminar la frase, el mundo se sacudió.

Y la niebla lo reclamó de nuevo.


Cuando Harry abrió los ojos, estaba de vuelta en el bosque.

Hermione también había regresado, parpadeando con confusión, como si hubiera visto algo similar.

Ron, sin embargo, los observaba con una expresión diferente.

Su mirada iba de uno a otro, como si intentara descifrar algo que de repente tenía demasiado sentido.

—¿Qué demonios fue eso? —preguntó, su tono más tenso de lo habitual.

Hermione sacudió la cabeza, todavía recuperándose. —No lo sé… Era como si estuviéramos atrapados en un recuerdo que nunca sucedió.

Harry tragó saliva y desvió la mirada.

Ron frunció el ceño.

—¿Un recuerdo, dices?

El silencio que siguió fue pesado.

Hermione respiró hondo, ignorando la forma en que Ron la observaba. —Lo importante es que la niebla intentó separarnos. No podemos permitir que nos manipule.

Ron asintió lentamente, pero Harry pudo ver la duda en su rostro.

Y aunque nadie dijo nada más, los tres lo sintieron.

Algo había cambiado.

Y no solo en el bosque.


Publicar un comentario

0 Comentarios