Los Romanos y la sorprendente costumbre de lavar ropa con orina 🏺
En la Antigua Roma, la limpieza de la ropa no se hacía con los jabones modernos, sino con un ingrediente bastante inesperado: la orina humana. Aunque hoy nos parezca extraño, los romanos descubrieron que la orina tenía propiedades químicas útiles para eliminar manchas y suciedad, gracias a su alto contenido de amoníaco, un potente agente limpiador.
¿Cómo se usaba la orina en el lavado de ropa
Recolección de orina:
Lavado y pisado de ropa:
Enjuague y secado:
La orina como bien comercial
El uso de la orina era tan común que incluso se convirtió en un producto gravado con impuestos. Durante el gobierno de los emperadores Vespasiano y Tito (siglo I d.C.), se instauró un impuesto especial llamado vectigal urinae, que aplicaba a quienes recolectaban y vendían la orina para usos industriales y de lavandería. De hecho, cuando a Vespasiano le reprocharon haber puesto un impuesto sobre la orina, él simplemente respondió con la famosa frase "Pecunia non olet" ("El dinero no huele").
Otros usos sorprendentes de la orina
Además de la lavandería, la orina se usaba en otros ámbitos:
- Blanqueamiento dental: Algunos romanos usaban la orina para enjuagarse la boca, pues creían que ayudaba a limpiar los dientes y blanquearlos (aunque probablemente dejaba un olor terrible).
- Curtiembre de cuero: Se utilizaba para suavizar pieles en la fabricación de cuero.
- Fabricación de tintes: Se mezclaba con ciertos compuestos para fijar los colores en la ropa.
Un método eficaz pero poco higiénico
Aunque la orina era una solución práctica y económica, el método no era precisamente higiénico según los estándares actuales. Con el tiempo, el jabón y otros detergentes naturales reemplazaron este curioso hábito. Sin embargo, el uso del amoníaco en productos de limpieza sigue siendo común hoy en día, lo que demuestra que los romanos tenían razón en aprovechar sus propiedades limpiadoras, aunque de una manera bastante peculiar.
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