Cuenta la historia que en una pequeña ciudad, una joven llamada Laura recibió una llamada en plena madrugada. Miró el número y se dio cuenta de que era de su mejor amiga, Sofía. Algo extraño pasó por su mente, pues Sofía había fallecido en un accidente automovilístico hacía dos días.
Temblando, contestó el teléfono.
— Laura… ayúdame. No debí irme…
La voz de Sofía sonaba distante, con interferencias, como si viniera desde muy lejos. Laura intentó responder, pero la línea se cortó. Pensando que era una broma de mal gusto, decidió ignorarlo.
A la noche siguiente, la misma llamada llegó exactamente a la misma hora. Esta vez, Sofía dijo:
— Hace frío… estoy atrapada. No me dejan ir…
Laura, aterrorizada, fue a contarle a su madre, quien le dijo que era imposible que alguien estuviera usando el teléfono de Sofía, pues el dispositivo había sido destruido en el accidente.
Esa noche, Laura no pudo dormir. Cuando el reloj marcó la misma hora, el teléfono sonó una vez más. Pero esta vez, en la pantalla no había un número, solo decía "Número desconocido".
Con el corazón latiendo a mil, contestó.
— Laura… estoy en el túnel… debajo del árbol…
Y la llamada se cortó.
Con miedo pero llena de dudas, Laura recordó que el accidente ocurrió en un túnel en las afueras de la ciudad. Decidió ir a investigar con su hermano. Al llegar, encontraron el lugar del accidente, pero notaron algo extraño: en la base de un gran árbol cerca del túnel, sobresalía algo entre la tierra removida.
Excavaron un poco y encontraron… el teléfono de Sofía, aún encendido, con una última llamada registrada a las 3:33 a. m.
Nadie supo explicar cómo era posible que el teléfono siguiera funcionando ni quién estaba llamando… o desde dónde.
Desde entonces, dicen que si pasas cerca del túnel a esa misma hora y suena tu teléfono con un número desconocido… es mejor que no contestes. ☎️👁️👻

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