Tiene voz de poeta
y alma de ángel,
nunca un no para nadie,
escucha y sabe.
Ojos verdes de mar,
y miel de abeja,
no se cansa ni huye,
y amar se deja.
De mis letras es mi libro,
de mi cielo el aire,
de mi guitarra las cuerdas
y mis andares.
De mi noche es mi sueño,
de mi sed el agua,
de mi desierto la arena
Y mi mar en calma.
La mujer que yo quiero
es pan, sal y azúcar,
la madre de mis hijos
y mi cordura.
Y cumple primaveras,
sonríe y mira
las cosas pequeñitas
de cada día.
La mujer que yo quiero
es agua bendita,
es musa y partitura,
y mi fiel amiga.
Es madre y esposa,
médico y cura,
contable y cocinera
y fruta madura.
La mujer que yo quiero
la quiero siempre
porque me guarda fiel
allá en su mente.
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