Superando juicios políticos, acusaciones criminales y hasta dos intentos de asesinatos, hoy 20 de enero de 2025, Donald Trump ascenderá nuevamente a la presidencia de Estados Unidos, convirtiéndose en el 47.º presidente del país.
Esta toma de posesión marca su regreso a la Casa Blanca tras su mandato inicial de 2017 a 2021 y lo hace con duras promesas migratorias y económicas y con el apoyo de figuras tremendamente polémicas para liderar sectores claves, una cercanía al nuevo círculo de poder que no es para nada simbólica.
El regreso de Trump viene impregnado de venganzas políticas y una agenda exterior marcada por fuertes ansias imperialistas y aislacionismo. La ceremonia estará marcada por tensiones políticas, tanto nacionales como internacionales.
En el ámbito interno, el evento ha generado reacciones mixtas. Mientras sus seguidores celebran su retorno al poder, preparándose para el control y el cambio de las instituciones del país, sus críticos temen un retroceso en políticas clave, especialmente en derechos civiles y medioambientales.
El expresidente Joe Biden, en su última acción antes de dejar el cargo, otorgó indultos a varias figuras públicas, acción interpretada como una medida para protegerlas de posibles repercusiones legales durante el nuevo gobierno.
En el plano internacional, la investidura de Trump ha generado incertidumbre entre los aliados tradicionales de Estados Unidos. La presencia de líderes de derecha en la ceremonia, como Giorgia Meloni de Italia y Santiago Abascal de España, subraya la afinidad de Trump con los movimientos conservadores globales. Además, países como China y Rusia han mostrado interés en reconfigurar sus relaciones con Washington bajo esta nueva administración.
La política comercial y climática de Estados Unidos bajo Trump será clave en los próximos meses, especialmente en su relación con la Unión Europea, que ya se prepara para posibles aranceles y cambios en compromisos internacionales.
El regreso de Trump al poder promete reconfigurar el panorama político global y polarizar aún más la política interna de Estados Unidos.
La batería de decretos prometidos en las primeras horas de gobierno: deportaciones masivas, recorte en derechos civiles, ambientales y en los servicios públicos, son el nuevo escenario de un país que ha sido tierra de oportunidades y acogida.
Sin dudas el autoritarismo y la hostilidad en la nueva hora del proyecto MAGA (Make America Great Again) causará un profundo daño a las mayorías sociales estadounidenses mientras el mundo ha de prepararse para vivir la receta de la paz a través de la fuerza.
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