En medio del océano Pacífico, entre Hawái y California, se encuentra un gigantesco parche de basura conocido como la Gran Mancha de Basura del Pacífico. Este fenómeno, también llamado “isla de plástico”, no es una masa sólida, sino una acumulación de residuos flotantes que se extiende por una superficie estimada de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el doble del tamaño de Texas.
La mayor parte de esta "isla" está compuesta por microplásticos, diminutos fragmentos de plástico que no se descomponen por completo y que amenazan gravemente la vida marina. Estos plásticos son consumidos por peces, tortugas y aves, entrando en la cadena alimenticia y afectando incluso a los humanos.
Lo más preocupante es que este parche no es el único; existen otros cinco grandes parches de basura en los océanos del mundo, formados por las corrientes marinas que concentran los desechos.
¿Lo positivo? Organizaciones y científicos trabajan en proyectos innovadores para limpiar estas áreas, como sistemas flotantes que recogen plásticos antes de que lleguen a los ecosistemas más frágiles. Este esfuerzo destaca la importancia de reducir el uso de plásticos desechables y fomentar una economía circular para proteger nuestros océanos.
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