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El 31 de enero, a las 18:30 horas, la Biblioteca Pública de Palma Can Sales será testigo de la presentación de "El Fénix Renacido", la nueva obra de Francisco José Castillo Navarro. Este libro no solo es una historia, sino una invitación a renacer frente a la adversidad y a creer en las segundas oportunidades que la vida nos ofrece.

Enigmático Sáhara Occidental

 

La información es poder, aunque el verdadero poder emana del tratamiento de la información que no siempre resulta fácil. Convergen intereses del Gobierno, la necesidad legal de cómo proceder, la capacidad de organizar y ser muy efectivos sin olvidar la discreción. Lamentablemente no todos podemos acceder a la realidad de lo acontecido en muchísimas actuaciones que a la distancia resultan inexplicables. Aprovechando la perspectiva que ofrece ver las cosas después de un tiempo, se pueden analizar detalles y aspectos que no fue posible en su momento.

El caso de Brahim Gali. Su ingreso en un hospital de Logroño supuso una inesperada crisis con Marruecos, incluso la Audiencia Nacional tiene dos demandas contra él y otros líderes del Polisario. Incomprensiblemente hubo actuaciones que complicaron su estancia hospitalaria, lo más complejo surgió al detectarse algunas injerencias por parte de una Institución. Está claro que Marruecos ejerce cierta influencia no solo sobre el Polisario, también sobre esta Institución. No se debe hablar de su implicación o no en la crisis migratoria de Ceuta. Resulta un tema que en la actualidad es bastante quisquilloso.

Ahmed Dlimi Dlimi, un comandante que llegó a general, una buena carrera en el Ejército Real de Marruecos. Tengo entendido que falleció en un accidente de automóvil. Más bien “oficialmente fallecido en accidente”, un hombre que estuvo tan cerca del monarca, que se dice había asesinado al general OUFKIR cumpliendo órdenes por temor a un golpe de estado. Supuestamente también a Ben Barka, y él acabó asesinado en diciembre del 82 en Estocolmo por las mismas sospechas (temor a un golpe de estado), además también “oficialmente en un accidente de automóvil”. El poder no puede subirse a la cabeza de uno, luego, tarde o temprano, ocurren estas cosas. Son hechos del pasado que nos hacen recapacitar en el presente. Algunos políticos actuales deberían tenerlo en cuenta.

Mohamed Sidi Brahim Bassari, aquel líder saharaui que desapareció hace 50 años tras ser detenido por España después de una trifulca en una manifestación, unos tristes acontecimientos acaecidos un mes antes, el 17 de junio de 1971. Unos disturbios en El Aaiún, capital del Sahara Español que se conocen por el pueblo saharaui como “la masacre de Zemla”. El líder saharaui fue detenido esa misma noche por las fuerzas policiales coloniales españolas. Una desaparición que, hoy, continúa sin resolverse. Se está pidiendo al Gobierno "que asuma la responsabilidad que le corresponde como potencia administradora e inicie un proceso para aclarar la verdad", demanda que ni se ha tenido en cuenta. Esta falta de rigor es demasiado sospechosa. Estos acontecimientos deberían conocerse al detalle, ¿cómo fue posible que en minutos se colapsara la Plaza de África de la capital saharaui, por la convocatoria de una manifestación de “apoyo” instrumentada por el Gobierno de Madrid para demostrar que el pueblo estaba del lado de España, y, sin más, aparece una numerosa contramanifestación a favor de la independencia, muy bien organizada en logística, víveres, pancartas, numerosos participantes… etc. Aquí sí, aquí fallaron los Servicios de Información. Acabó muy mal, pues a petición del Gobernador General Pérez de Lerma para que interviniera la Legión, haciéndolo al mando del comandante Díaz Arocha que ordenó abrir fuego, destruir campamentos y perseguir a golpe de bayoneta a los participantes. No está claro el número de fallecidos.

Un verdadero error, aquí fue el inicio de las malas relaciones entre España y Sáhara Occidental. El Gobernador General fue incapaz de darse cuenta de que las dos manifestaciones, una mal planeada por el Gobierno y otra por Bassiri, Gali, Ali Beiba, El Ouali y demás gente del Polisario, se avinieran a recorrer las calles juntas dando una falsa imagen para un mismo objetivo, que no lo era ni por asomo. Tremendo error. La intención de Madrid nunca podía mezclarse con la de los opositores a estos intereses que pretendían todo lo contrario. Aquello que tenía que representar un apoyo por parte del pueblo se tornó en una manifestación reivindicativa, represaliada y sesgada de forma violenta y de trágico final. Un mes después se vio vivo por última vez en la Agrupación Mixta de Artillería a Bassiri, donde estaba preso. Oficialmente falleció en accidente de automóvil al ser transportado. (No consta ni por quién, ni a dónde, aunque se conocen los datos), que, a pesar de haber transcurrido tiempo, transcienden.

Debería reconocerse la espléndida labor del Ejército, sus hombres. El que los políticos hayan propiciado desastres, unas veces por ineptitud, desconocimiento, otras por intereses creados, han castigado a tropa y oficiales bien formados, con principios y una gran dignidad, sin entrar en heroísmos, amor a la Patria y dedicación exclusiva que siempre en la historia les ha caracterizado. Desde Filipinas hasta nuestras fechas más recientes, mucha tinta se puede derramar, además de sangre derramada. Demasiada.

El Sáhara Occidental es tierra que prodiga conflictos. Siendo una gente admirable, con una historia basada en el respeto y la amistad (Se dice que fue la primera región del mundo en aplicar la democracia), resulta lamentable no puedan tener reconocidos sus derechos como pueblo y como país. Reconocidos y respetados.


        Tomeu Pizá
Derecho, Economista, Profesor

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