La repentina caída del régimen de Bashar al Asad tras 24 años en el poder ha transformado a Siria en un polvorín de interrogantes. La captura de Damasco por las fuerzas insurgentes lideradas por Hayat Tahrir al Sham (HTS) no solo representa un cambio de poder en el ámbito nacional, sino un sismo geopolítico de proporciones incalculables. ¿Estamos ante el preludio de una nueva era de reconciliación, o el inicio de un conflicto aún más caótico?
El Poder de las Fuerzas Rebeldes: ¿Unidad o Fragmentación?
Aunque la toma de Damasco ha sido una victoria estratégica para los insurgentes, las divisiones internas entre facciones rebeldes plantean dudas sobre su capacidad para gobernar eficazmente. HTS, un grupo con raíces yihadistas, ha asumido un liderazgo momentáneo, pero ¿podrá ganar legitimidad en un escenario político complejo y bajo la mirada crítica de la comunidad internacional? ¿Se abrirá paso hacia un gobierno inclusivo o será arrastrado por las tensiones sectarias y los intereses externos?
La Comunidad Internacional: ¿Intervención o Prudencia?
El silencio cauteloso de potencias clave y las declaraciones diplomáticas prudentes sugieren que la comunidad internacional está calibrando sus próximos movimientos. Mientras España y Reino Unido abogan por soluciones políticas alineadas con la ONU, Estados Unidos, bajo el liderazgo de Donald Trump, adopta un enfoque de no intervención, argumentando que Siria "no es su lucha". ¿Podrá mantenerse este distanciamiento si el conflicto amenaza con desestabilizar aún más el Medio Oriente?
Por otro lado, Rusia enfrenta un dilema estratégico. La pérdida de Damasco pone en entredicho el futuro de sus bases en Hmeimim y Tartus, esenciales para su proyección de poder en la región. ¿Defenderá Moscú sus intereses mediante una intervención directa, o reducirá su presencia para concentrarse en la crisis ucraniana, tal como insinúa Trump?
Israel y Turquía: Vigilancia Activa en la Frontera
Israel, tradicionalmente receloso de cualquier reorganización en Siria que fortalezca a Irán o grupos hostiles, ha reforzado su presencia militar en la frontera. ¿Cómo responderá si los insurgentes ganan terreno cerca de los Altos del Golán? Mientras tanto, Turquía, históricamente un apoyo clave para la oposición siria, podría ver esta victoria rebelde como una oportunidad para consolidar su influencia. Sin embargo, ¿actuará como mediador en un proceso de estabilización o buscará sacar provecho unilateralmente?
Un Futuro Incierto: Entre la Esperanza y el Temor
El enviado especial de la ONU, Geir O. Pedersen, habla de "cautelosa esperanza" ante la posibilidad de una transición pacífica. Pero el historial de conflictos en la región y la fragmentación de las facciones sirias sugieren que el camino hacia la estabilidad será arduo. ¿Podrá Siria evitar el destino de convertirse en un nuevo estado fallido?
En las calles de Damasco, las celebraciones de hoy podrían tornarse en protestas mañana, si las promesas de cambio no se concretan. La diáspora siria, con medio millón de miembros en Turquía, observa desde la distancia con una mezcla de alegría y desasosiego.
¿Qué sigue para Siria? La respuesta a esta pregunta determinará no solo el destino de sus ciudadanos, sino también el equilibrio de poder en una región que ha sido testigo de demasiadas guerras y demasiado sufrimiento.
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