A diferencia de la mayoría de los mamíferos, las jirafas no tienen la necesidad de bostezar. Este curioso comportamiento (o su ausencia) ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo. Mientras que el bostezo está relacionado con la oxigenación del cerebro y la regulación de temperatura en otras especies, las jirafas parecen haber evolucionado de forma diferente.
Una hipótesis es que debido a su sistema circulatorio único, que está especialmente adaptado para bombear sangre hasta su largo cuello y cerebro, las jirafas no requieren bostezar para regular sus niveles de oxígeno. Además, al ser animales que deben estar constantemente alerta por depredadores, la ausencia de bostezos puede evitarles momentos de vulnerabilidad.
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