Un estudio reciente revela que las notas musicales no solo deleitan nuestros oídos, sino que también pueden alterar nuestra percepción del sabor. Por ejemplo, las melodías suaves y agudas pueden intensificar el dulzor de un postre, mientras que las notas graves y rítmicas resaltan sabores amargos o salados. Este fenómeno, conocido como sinestesia crossmodal, está siendo explorado por chefs de alta cocina para crear experiencias culinarias multisensoriales.
Incluso, investigaciones como esta sugieren que el contexto sonoro puede redefinir la manera en que disfrutamos nuestras comidas. Prueba cambiar la música durante tu próxima cena y sorpréndete con los resultados.
✍Sabías Que
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