Durante la formación de nuestro planeta, hace aproximadamente 4.500 millones de años, el hierro fundido se hundió hacia el interior para formar el núcleo terrestre, arrastrando consigo la mayoría de los metales preciosos, incluido el oro. Se estima que el núcleo contiene suficiente oro como para cubrir toda la superficie terrestre con una capa de aproximadamente 4 metros de espesor.
Sin embargo, el oro que encontramos en la superficie terrestre hoy en día proviene principalmente de un bombardeo de meteoritos que ocurrió unos 200 millones de años después de la formación de la Tierra. Estos meteoritos, ricos en metales preciosos, impactaron en la corteza terrestre, depositando oro y otros elementos que, de otro modo, habrían permanecido inaccesibles en el núcleo.
Este proceso explica por qué podemos encontrar oro en la corteza terrestre, a pesar de que la mayor parte se encuentra en el núcleo. Además, recientes estudios han revelado que las vetas de oro de alta concentración pueden formarse en cuestión de días, desafiando la teoría tradicional que suponía que estos depósitos requerían cientos de miles de años para desarrollarse.
0 Comentarios