El Gobierno de Israel ha anunciado el cierre de su embajada en Irlanda, alegando que Dublín mantiene "políticas antiisraelíes extremas". Esta decisión se produce después de que Irlanda confirmara su intención de intervenir ante la Corte Internacional de Justicia en el caso contra Israel por genocidio en la Franja de Gaza.
El primer ministro irlandés ha calificado la decisión de Israel como "profundamente lamentable".
Esta situación refleja la creciente tensión diplomática entre ambos países, en un contexto de acusaciones y acciones legales relacionadas con el conflicto en Gaza.
En los últimos meses, la situación en Gaza ha escalado debido a una serie de conflictos armados entre Hamás e Israel, lo que ha generado una grave crisis humanitaria. Los bombardeos y los enfrentamientos han provocado un gran número de muertos y heridos, incluidos muchos civiles.
Irlanda, junto con otros países, ha manifestado su intención de intervenir ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para investigar posibles crímenes de guerra y acusaciones de genocidio por parte de Israel en Gaza. Estas denuncias surgen debido al alto número de civiles muertos y las condiciones de vida extremadamente difíciles para los residentes de la Franja, como:
Bloqueo económico y militar:
Israel impone un estricto bloqueo terrestre, aéreo y marítimo sobre Gaza desde 2007, lo que ha afectado la economía, el acceso a suministros básicos y la libertad de movimiento.
Crisis humanitaria:
La población enfrenta escasez de alimentos, agua potable y medicamentos. La infraestructura, como hospitales y escuelas, ha sido gravemente afectada por los bombardeos.
Violaciones de derechos humanos:
Organizaciones internacionales han acusado tanto a Israel como a Hamás de cometer abusos contra la población civil.
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