El ciclón Chido ha devastado el archipiélago francés de Mayotte, situado en el océano Índico entre Madagascar y la costa africana. Con vientos de hasta 220 km/h, es el ciclón más intenso que ha golpeado la región en los últimos 90 años.
Impacto y consecuencias:
Víctimas mortales: Las autoridades han confirmado al menos 35 fallecidos y 2.499 heridos, aunque se teme que el número real de víctimas pueda ser significativamente mayor, posiblemente alcanzando varios cientos o incluso miles, debido a la dificultad para acceder a algunas zonas y a la rápida inhumación según las tradiciones locales.
Destrucción de infraestructuras: Gran parte de las viviendas, edificios administrativos y servicios públicos han sufrido daños severos o han sido destruidos. Barrios enteros, especialmente asentamientos informales conocidos como "bangas", han quedado arrasados, dejando a miles de personas sin hogar.
Servicios básicos interrumpidos: La mayoría de la población carece de acceso a electricidad y agua potable, lo que agrava las condiciones de vida y aumenta el riesgo de enfermedades. Se estima que el 85% de los hogares permanecen sin suministro eléctrico.
Respuesta gubernamental:
Declaración de emergencia: El gobierno francés ha declarado el estado de "calamidad natural excepcional" en Mayotte para facilitar la movilización de recursos y la asistencia urgente.
Despliegue de ayuda: Se han enviado efectivos militares y de emergencia para apoyar en las labores de rescate y asistencia humanitaria. Un puente aéreo con la isla de La Reunión ha permitido el envío de suministros esenciales y personal de socorro.
Visita presidencial: El presidente Emmanuel Macron visitó Mayotte el 19 de diciembre para evaluar los daños y reafirmar el compromiso del Estado francés con la reconstrucción del territorio. Durante su visita, anunció una jornada de luto nacional en honor a las víctimas.
Situación humanitaria:
La población enfrenta una crisis humanitaria, con escasez de alimentos, agua potable y refugio. Las condiciones insalubres y la falta de servicios básicos aumentan el riesgo de brotes de enfermedades. Además, las tensiones sociales se han intensificado, especialmente entre la población local y la comunidad migrante, que representa una parte significativa de los habitantes de Mayotte.
La comunidad internacional y las organizaciones humanitarias están coordinando esfuerzos para proporcionar asistencia y apoyar en la recuperación de Mayotte tras esta catástrofe sin precedentes.
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