La Izquierda está incómoda

El que la izquierda balear (PSOE, MES, UNIDAS PODEMOS) se rasguen las vestiduras y maldigan un texto de la nueva ordenanza cívica, al considerar sea una forma de “persecución al ciudadano”, lamentando que el GOVER, o el PARLAMENT avancen en este asunto, no es más que una incómoda postura resignados a soportar al estar en la oposición, después de unas elecciones que pretendían ganar arrasando, sin tener en cuenta el hastío que el armengolismo había provocado en este antiguo reino.

Esta falta de costumbre en “hacer y deshacer” como cantaban los “regidós” en el Retablo del Flautista de Jordi Teixidor, en una lengua catalana que seguro les encanta, pero que supone una autocrítica a aquellos personajes que siempre habían actuado a su libre albedrío, sin contar con los “vilatans” de Hamelín. Ahí, a la orilla del río Weser, padeciendo un “gran flagell” que propició un cambio drástico, y no fueron las urnas, fueron las plagas de ratas complicando la vida local, creando problemas a los gremios de artesanos, regidores, incluso al mismísimo Burgomaestre y su familia.

Al aparecer una solución, se aferraron a ella, el objetivo: salvar su bienestar, aunque les salió rana. El pacto no funcionó.

Y no solo están incómodos y molestos por esta nueva ordenanza, sino que arremeten contra los parlamentarios que se han equivocado con un tema tan crucial (según ellos) como es la lengua. Es decir, son tan pocos que se inmiscuyen en las decisiones, errores y aciertos de los demás partidos políticos para hacer notar su descontento que lógicamente no pueden reflejar en las votaciones de las distintas comisiones de control.

Es que, son minoría en todo, es que, no tuvieron el respaldo que querían y esperaban, es que, siguen sin entender que están en la oposición sin posibilidad de “remenar les cireres” como cantaban en la obra de Teixidor. Por cierto, una expresión en catalán muy a tener en cuenta al gustar a muchos políticos actuales. Añadía la estrofa “cuestión de principios”, los suyos claro. Podríamos añadir, “…y si es necesario tenemos otros”.

No acaba de encajar en ninguna mente esta obsesión por la lengua, el desespero es tal en la izquierda balear, como lo es por esta nueva ordenanza cívica. Ven en ella una atroz agresión a las libertades ciudadanas, sin embargo, no ven nunca el derecho a la paz y tranquilidad de los ciudadanos. Si hay más vigilancia resulta que es opresión, pero no es inseguridad el que ataquen día sí y día también a personas pacíficas, a menores, a jubilados, etc. Ignoran que la lengua es propia, es lo que llamamos lengua madre, y la tranquilidad que siempre ha caracterizado a estas islas es parte del respeto y la hospitalidad que profesa el pueblo balear.

Tanto en un caso como el otro, debería ya aceptarse que nunca cuajará una política progresista, negativa, partidista y sectaria. Que las ratas sigan al flautista, se adentren en el Mare Nostrum y no regresen nunca más, con el tiempo ya pondremos las cosas en su sitio, pues a través de siglos no ha quedado otro remedio que hacerlo así, así se ha hecho y así se hará.

✍ Tomeu Pizá