La voz es el primer mecanismo que dispuso el hombre como vector de expresión y comunicación. Desde sus orígenes está constituida como el implemento que alcanza su máxima idoneidad de manifestación y revelación. La naturaleza humana se ha servido de ella desde el inicio de los tiempos, desde todas las culturas, razas y épocas. Surgirá como resultado de la evolución y necesidades de conexión entre la especie humana, hallándose en estrecha relación con su estado fisiológico y psíquico.
El instrumento vocal está considerado como algo intangible, imperceptible, de una gran delicadeza y sensible a todo cambio ambiental y emocional. Representa la interacción de muchas funciones desarrolladas por músculos, cartílagos, ligamentos, huesos etc...
Ante tanta complejidad discernimos que todo profesional que haga uso de su voz deberá conocer y asimilar dichos factores con el objetivo de manejar y comprender su herramienta a la hora de desempeñar su misión.
Es por ello que en este breve artículo deseo apostillar y hacer hincapié en la figura del docente y en la importancia de que adquiera ciertos conocimientos técnicos para que su labor encomendada alcance su máximo esplendor. Me refiero indudablemente a la técnica vocal.
El ejercicio de la técnica vocal obedece a una de las actividades más complejas que puede realizar el cuerpo humano. Requiere la toma de conciencia de un instrumento que se rige por los principios de la anatomía y fisiología humana. Su finalidad es llegar a alcanzar el mayor rendimiento con el menor esfuerzo posible. El conocimiento y estudio de la misma dota de toda una serie de recursos y de hábitos saludables para prevenir y solventar ciertas patologías como nódulos, edemas, pólipos, afonías, etc... El maestro a la hora de impartir su disciplina deberá prestar atención a su dicción, articulación, ritmo, pausas, modulación, proyección y a su capacidad músculo-esquelética.
Por teste motivo, entender la técnica vocal es entender la conciencia y análisis del aparato respiratorio, fonador, resonador, postura corporal y salud vocal.
Deseo manifestar que uno de los problemas más frecuentes de hoy en día, entre los profesores de la comunidad educativa, son las anomalías y disfunciones de la voz, causantes de las alteraciones de su salud mental, de un gran absentismo laboral, de sensación de inestabilidad, de falta de poder y soledad. Éstas pueden ser efímeras o permanentes, ya sean por motivos de índole personal o externas, como es el caso del ruido ambiental, espacios con una temperatura inadecuada, con polvo, con una gran ratio etc... Por alguna razón, ya sea voluntaria o involuntariamente, estas afecciones vienen derivadas de un gran sobreesfuerzo vocálico afectando a la intensidad, tono y timbre de la voz.
Un buen docente necesita y precisa de la habilidad de ser un buen orador, durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, para otorgar una docencia de calidad a sus discípulos, por esta razón, he creído oportuno darle la visibilidad que le corresponde y tomar conciencia de la transcendencia que requiere el tema en cuestión. La técnica tendría que ocupar un lugar referente en los planes de estudio de formación, incorporándose de manera sólida y afianzada, contribuyendo a acrecentar el sistema educativo y el bienestar de los educadores. Ya que existe un gran vacío sobre esta cuestión, considero eximio poner en marcha dispositivos de actuación. Debido a la falta de información, desconocimiento y valoración, sería transcendente, desde las instituciones educativas, desarrollar programas de formación y evaluación, tanto teóricos como prácticos, con el objetivo de averiguar las peculiaridades anatómicas, fisiológicas, mentales y de las condiciones laborables a las que están expuestos. Sin duda es imprescindible contar con especialistas altamente cualificados para su desempeño.
En definitiva, qué maravilla poder hacer uso de la voz, de comunicar y expresar la sabiduría, desde la paz, la tranquilidad y la seguridad de haber desempeñado correctamente lo cometido, sin caer en la oscuridad de lo desconocido.
✍ Lili Pereiro
1 Comentarios
Comentarios como el que acabo de leer , es, por desgracia , una isla en el océano de nuestro país.
ResponderEliminarPrecisamente tendrían que ser los gobiernos especialmente el nacional, los que tendrían que preocuparse de difundir estas enseñanzas tan necesarias para la función educativa que tan necesaria es para la docencia.
Muchas felicidades para la autora.
Enhorabuena también para el diario que lo ha publicado.