La Guardia Pretoriana se crea por obra y deseo de su organización por Lucio Elio Sejano en la Roma de los años 20 antes de Cristo, siendo nombrado prefecto de la Guardia por ser hombre de confianza del emperador Tiberio a quien le concedió incluso las prebendas de sentenciar y liquidar entre otros a Druso Cesar que a la postre era el designado para suceder a Tiberio en el trono de Roma.
La guardia pretoriana era un cuerpo privilegiado que al principio servía de custodia al pretor y desde Augusto lo fue del propio emperador, siendo compensados sus miembros con una soldada bastante mayor que las de los legionarios del ejercito regular. Desde que la guardia pretoriana tuvo su campamento permanente en la propia Roma, en el Quirinal, a partir de Trajano, su influencia política no dejó de crecer y dicen los apéndices de la historia que esta guardia cada vez más intervenían en la proclamación y el derrocamiento o asesinato de los emperadores.
El poder y su ejecución siempre ha sido un falso concepto de la voluntad de quien lo ansía, ostenta y utiliza más que el interés por conseguirlo para trabajar en favor del bienestar del pueblo a quien pretende gobernar. La Historia es muy terca en creer que el tiempo es su mejor aliada para dejar constancia de unos hechos, en muchas ocasiones tan espectaculares que al releerlos se nos antoja como si de fantasiosas leyendas se tratara.
Y si seguimos buceando en los infinitos capítulos de una Roma imperial, cuyo desarrollo muy bien pudieron servirle de punto de partida a algún enfermo mental como Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler, nada hay nuevo bajo la capa de nuestro firmamento.
Hablábamos de las funciones asumidas por la guardia del pretor y el emperador de la capital del Imperio, pues entre ellas le toco el turno a Calígula, nieto adoptivo de Tiberio, hijo del gran Julio César Germánico que fue asesinado por ordenes del tribuno Casio Quereas cuando apenas contaba con 29 años y que hacía 4 que gobernaba Roma. Claro que no era sabido si se le podía llamar gobierno al cúmulo
de arbitrariedades y desatinos que configuraron su ejecutoria pública. Sus despectivas conductas para con la aristocracia romana y la sistemática humillación de su ejército dieron al traste con su reconocimiento histórico. Vean si no es humillante que en una inesperada gira por las Galias, ordenó que la totalidad de sus guarniciones se dedicara a la recolección de moluscos, o también el nombramiento de cónsul a su caballo. Así, tras su deseada muerte, la primera acción del Senado fue borrar su nombre de la lista de emperadores como si nunca hubiera existido. Su sucesor Claudio tomó por su mano la venganza de toda Roma, seguramente para que no cundiera el desastroso ejemplo. Después un escritor hará de Calígula el símbolo paradigmático del absurdo y del empecinamiento por la búsqueda de los límites de la moral. Compartamos que acaso toda monstruosidad podría ser
inocente.
Un cordobés universal Lucio Anneo Séneca, una de las figuras centrales del pensamiento latino del siglo I y primer heterodoxo de la filosofía romana, alcanzó gran influencia bajo Calígula, pero cuando Claudio llegó al poder fue acusado de estupro y salió desterrado a Córcega.
Realizado este paseo por la Historia, dejen que recuerde a los lectores que me han distinguido con la lectura de mis artículos que estos retazos siempre son cíclicos en el seno de unos hechos que por no haberse corregido en su tiempo están siendo obligados a repetirse.
3.000 años después, ese ciclo se repite Pongámosle nombres y cargos con funciones asignadas y veremos cómo y de qué manera se desarrollan los acontecimientos.
Tenemos a una Guardia Pretoriana que a las ordenes del César de este tiempo del siglo XXI, gritan vociferando barbaridades bulos y embustes para mayor gloria y defensa del Calígula de turno. Vicepresidenta primera, ministro de Justicia, y un largo etcétera, mal ganándose la manduca de turno y que llegan hasta 23 (incluido el tribuno general del gobierno) y con el Tezanos de los 20 antes de Cristo (quise decir Sejano) engañando a la vieja usanza romana al pueblo al que dice servir.
También es cierto que esos 23 la soldada que perciben en la actualidad es muy superior a la que perciben el resto de mortales a los que pretenden gobernar y que muchos son los que ni siquiera llegan a percibir ni un bocata de la beneficencia y un banco en cualquier parque de la ciudad donde pasar la noche. ¿Y a que se dedican estos pretorianos? ¿No será que están preparando algún otro asesinato político?
Con razón la influencia política en el Trajano de 2024 no deja de crecer. Influencia de manos de un reprochable personaje de pequeño traje que no ha conseguido enfangar la Justicia a pesar de haberlo intentado con todas sus fuerzas.
Este pequeño Calígula que, si se cumple el ciclo histórico que nos resulta, tampoco gobernará 4 años más, aunque es cierto que sí mientras tanto repetirá sus hazañas y desatinos con las Fuerzas armadas y las de Seguridad Nacional. Ahora no hay caballo al que nombrar cónsul, pero si un Falcon que para el servicio es lo mismo, y no sembrará moluscos por las marinas de las Galias, sino desvergüenzas y
desatinos en el campo de la responsabilidades, porque en eso hasta Calígula le lleva ventaja.
Más vale que entre sus compañeros de viaje haya alguien que quiera borrarle del papel de la historia, por mucho Yo Claudio que aparezca y quiera que se eternice aquello de que quedar como monstruosidades sea el de la pura inocencia.
Julio César Germánico fue recordado como el llorado emperador por su empuje en el buen gobierno del imperio y a fuer de ser sincero, lo consiguió plenamente. Y nos atrevemos a preguntarnos ¿cómo será recordado Julio César Sánchez de la Moncloa? Cada uno de los españoles que no estén abrevando en el dictado monclovita seguro que tendrán una definición de su gestión que dejar en esa historia que él mismo se lo ha preguntado. Hay que borrarlo de esa lista de emperadores antes de que sufra la humillación por quienes lo harán sin compasión alguna. Las decisiones que últimamente está tomando la judicatura no le son favorable y lo más grave para su ego es que todas ellas han sido tomadas por unanimidad de los magistrados de los Tribunales Superiores de la Comunidad de Madrid, y de la nación.
Que un Tribunal le haga pasar el trago amargo de decirle que no es de recibo utilizar a los letrados de Estado para recusar a un juez que está instruyendo comportamientos poco éticos de su esposa y de su hermano. A mí la cara me caería al suelo hecho pedazos. Claro que con un pretoriano como el del pequeño traje ¿qué más se puede esperar?
Y la suerte de los pretorianos correrá pareja con aquella estrofa de Don Juan Tenorio, que por cierto el pasado año ya lo traté en otro escrito, cuando nos dejó el verso zorrillesco… “Yo soy vuestro matador / cómo al mundo es bien notorio; / si en vuestro alcázar mortuorio / me aprestáis venganza fiera / daos prisa: aquí os espera / otra vez Don Juan Tenorio”.
¡Ala i do! ¿Qué vos pensau?
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