Decir en palabras, sentimientos que no son palpables ni tan siquiera conocedores de la que escribe, es algo complicado.

¿Aunque que vida es sencilla? Nosotros mismos encaminamos nuestros pasos por este mundo, por la época que nos ha tocado vivir.

Echando la vista atrás, pocas fueron las personas que creyeron en mí. Las que vieron que la diferencia estaba en las comas y puntos, de mi propia vida. Las que vieron más allá, de una mente cubierta por un velo y que me dieron el empuje para poder volar por mí misma.

Sabiendo que las cosas suceden por algo y no hay que buscar más, significados que el propio que quieras dar.

Que las lágrimas derramadas nunca volverán y que se cubrirán de risas, esperanzas y amor por una misma.

Personas anónimas y no tan anónimas, que rodearon las cruces de mi camino, dándome el valor de la dignidad como persona. Mentiría si dijera que fue una sola, porque fue el conjunto de ellas las que creyeron en mi e hicieron posible que una servidora, fuera participe del nacimiento como colaboradora de un medio de comunicación.

No me fue fácil. Pues toda mi vida fue caminar de puntillas, no hacerme notar, hasta que di un paso al frente. Rompiendo los esquemas grabados a fuego en mi interior.

Esos primeros artículos, escritos con titubeos y con la voz del fracaso a mi lado, fueron el pistoletazo de salida de otra mujer, diferente. Que se alejaba de las voces del naufragio de un barco que dejo atrás.

Hoy, esa mujer mas segura de si misma, mas luchadora, mas inquieta, con mas risas y con mis propias ideas, sin imposición de ninguna a nadie. Da otro paso al frente, pues a partir de hoy me convierto en Redactora.

Pero desde mi humilde opinión, no se hubiera logrado ese cambio si personas como F.J. Castillo o Víctor Gistau no hubieran creído en mí. F.J. Castillo ha sabido ponerme el listado cada vez mas alto y retos que cogía con entusiasmo igual que una adolescente.

Víctor fue el maestro a la sombra donde poder mirarme, guiándome sigilosamente hasta mi destino. Incluso aconsejándome en entrevistas sigilosas y llenas de risas.
Xavi, el maestro paciente, enseñando las claves de este puesto nuevo y que ahora está a mi alcance.

Personas que modelaron a una servidora, sin imposiciones, dejándome plena libertad en los artículos y en las primeras entrevistas radiofónicas, que realice como el volcán de la Palma.

Si hoy he llegado aquí, delante de ustedes es gracias a esas personas. Solo espero en estar a la altura de este nuevo capítulo de mi vida. Y seguir creciendo como persona y como profesional de este medio de comunicación del Grupo Periódico de Baleares.

Gracias a todos y en especial a la Junta directiva que han depositado esa confianza en mí.

Nuria Seral, colaboradora y redactora del Grupo Periódico de Baleares.

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