¿Sabías qué Cleopatra vivió más cerca de la invención del iPhone que de la construcción de las pirámides?

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¿Sabías qué?

¿Sabías qué cuando pensamos en el antiguo Egipto, solemos imaginar una civilización que se mantuvo inmutable durante miles de años, con faraones y pirámides como símbolos eternos de su poder? Sin embargo, la historia de Egipto es mucho más compleja y extensa de lo que solemos pensar. Uno de los datos más sorprendentes es que Cleopatra VII, la última reina de Egipto, vivió más cerca de la época moderna que de la construcción de las icónicas pirámides de Giza.

La Gran Pirámide de Giza: Un Monumento Antiguo

La Gran Pirámide de Giza, la más famosa de las pirámides egipcias y una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, fue construida alrededor del año 2560 a.C. Fue encargada por el faraón Keops (conocido también como Khufu) durante el Reino Antiguo, una de las primeras etapas de la civilización egipcia. Esta estructura monumental fue un testimonio de la avanzada ingeniería y organización del antiguo Egipto, y sigue siendo un símbolo de poder y misterio incluso hoy en día.

Lo que quizás no es tan conocido es cuán increíblemente antiguo es este monumento. En el momento en que Cleopatra nació, alrededor del año 69 a.C., ¡la Gran Pirámide ya tenía más de 2,500 años de antigüedad! Para poner esto en perspectiva, esta distancia de tiempo es más larga que la que hay entre Cleopatra y nuestra época moderna.

Cleopatra: La Reina del Egipto Ptolemaico

Cleopatra VII, que vivió entre el 69 a.C. y el 30 a.C., es una de las figuras más conocidas de la historia antigua, en parte debido a su relación con dos de los hombres más poderosos de Roma, Julio César y Marco Antonio. Cleopatra no solo fue famosa por su belleza y astucia política, sino que también representaba el fin de una era en Egipto.

Sin embargo, Cleopatra no era una faraona “clásica” en el sentido que solemos asociar con Egipto. Ella no gobernó durante la era de las pirámides o los templos colosales, sino en una época muy posterior, cuando Egipto estaba bajo la influencia de la dinastía Ptolemaica, que fue de origen griego. Esta dinastía gobernó Egipto después de la conquista de Alejandro Magno en el año 332 a.C., marcando una clara fusión de las culturas helenística y egipcia.

La Revolución Tecnológica Moderna

Ahora bien, si consideramos que Cleopatra murió en el 30 a.C., la invención del iPhone, lanzado por Apple en 2007, ocurrió tan solo 2,037 años después de su fallecimiento. Esto puede parecer mucho tiempo, pero resulta pequeño en comparación con los más de 2,500 años que separan a Cleopatra de la construcción de la Gran Pirámide de Giza.

Este hecho resalta la gran duración de la civilización egipcia antigua y cómo, a lo largo de milenios, se produjeron enormes cambios culturales, tecnológicos y políticos. Para Cleopatra, las pirámides de Giza eran ya monumentos antiguos, casi míticos. A pesar de la relativa cercanía temporal, Cleopatra y sus contemporáneos vivían en un Egipto muy diferente del de los faraones de las pirámides, un Egipto más cosmopolita, influido por la cultura griega y enredado en las luchas políticas de Roma.

El Paso del Tiempo en la Historia

Este tipo de comparaciones de fechas no solo es interesante por su valor curioso, sino que también nos permite entender cómo el tiempo opera en la historia. Cuando pensamos en eventos históricos como las pirámides o el reinado de Cleopatra, tendemos a agrupar todo “lo antiguo” como si fuera una sola etapa de la humanidad. Sin embargo, la historia es dinámica, y las civilizaciones evolucionan, declinan y se transforman con el paso del tiempo.

La diferencia de tiempo entre Cleopatra y la construcción de las pirámides muestra cómo los cambios históricos pueden acumularse en períodos que a veces ni imaginamos. Para Cleopatra, las pirámides no eran testigos recientes de la grandeza faraónica, sino reliquias de un pasado mucho más remoto.

Reflexiones sobre el Tiempo y el Progreso

En resumen, el hecho de que Cleopatra viviera más cerca de la era tecnológica que de la época de las pirámides de Giza nos da una perspectiva fascinante sobre la longevidad de las civilizaciones antiguas y cómo el tiempo puede distorsionar nuestra percepción de la historia. En solo dos milenios desde la muerte de Cleopatra, la humanidad ha pasado de las primeras civilizaciones agrícolas y empires antiguos a la era digital, con avances tecnológicos que hubieran sido inimaginables para ella o sus contemporáneos.

Este dato nos recuerda que, aunque solemos pensar en la historia antigua como una era estática y distante, el pasado está lleno de cambios, ciclos y sorpresas, que todavía tienen mucho que enseñarnos sobre el presente.

Es fascinante pensar que Cleopatra vivió en un Egipto que ya miraba hacia atrás miles de años para contemplar su propio pasado. La historia, a menudo, no es lo que parece a simple vista. Y si algo nos enseña este sorprendente dato, es que los eventos históricos no deben verse como hechos aislados, sino como parte de un continuo mucho más largo y complejo.

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