Roles de oficios cambiados donde solo existe el individuo, no el sexo de la persona

He tenido el placer de entrevistar a una mujer con coraje, madre de familia y conductora de un camión de 18 toneladas. Ella es Cristina

– ¿Cómo surgió la idea de ser conductora de un camión?. Surgió mas bien como una necesidad que por placer. Soy madre de familia y hay que seguir pagando las facturas, la ropa, etc… He de comentarte que a mi particularmente me gusta conducir, aunque evidentemente nunca me hubiera imaginado llegar a conducir camiones.

–Cuando decides sacarte el carné ¿encontraste alguna oposición en la familia, amigos, vecinos? Bueno oposición como tal no, pero si que he tenido que oír de una persona (prefiere mantener el anonimato de esta y su oficio para no perjudicarla) que es hombre “Y ahora te tienes que sacar el carné para conducir un camión. No hombre esto no funciona así”

Creo que vivimos en una sociedad algo arraigada en que determinados trabajos solo pueden ser para hombres y otros para mujeres. Antes las mujeres tenían un papel en el mundo laboral reducido, tu no veías un enfermero o un auxiliar hombre. Eran trabajos destinados a mujeres, en cambio ahora tanto hombres como mujeres están en hospitales, geriátricos, ambulatorios ejerciendo la profesión que les gusta y han elegido y me parece perfecto.

Es cierto que, de cada vez más, encuentras mujeres que conducen autobuses. La primera vez que vi una, yo misma me asombré y pensé que debía ser bastante arduo su oficio, no en si por la conducción mas bien por haber entrado en “un mundo de hombres”. Es mas conozco a una conductora de TIB y aunque al principio te miran un poco extrañados, después es una más.

Recibe mas reproches por su trabajo, de mujeres que de hombres y es mas me conto como anécdota. Que un día haciendo su trayecto, una mujer se negó a subir a su autobús porque la que conducía era mujer. Entonces le pregunte que había pasado. “Pues realmente nada, algunos pasajeros le recriminaron su actitud, tampoco quería que se montara jaleo alguno. Cerré la puerta y me marché hacer la ruta. Ella se quedó esperando que el próximo lo condujera un hombre”- Cristina sonríe ante la anécdota, contada por una servidora-

Es cierto que los reproches vienen más de mujeres que de hombres – me comenta- Yo misma los he vivido en primera persona y bueno es su opinión, aunque yo no la comparto.

–En la empresa que trabajas tus compañeros te hacen alguna broma o te tratan diferente.

La verdad es que no, soy una igual que ellos. Nunca he recibido malas miradas ni comentarios jocosos. Puede que haya tenido suerte o bien ellos tengan una mentalidad más abierta que otros.

–Me has comentado que eras madre. ¿A tus hijos los educas desde la igualdad? Por supuesto- afirma Cristina- Los roles eso de las mujeres a la cocina y el hombre sentado viendo la tele, es del siglo pasado. Las personas deben asumir que el único rol, hoy en día, es que la mujer puede traer hijos al mundo y los hombres, aunque aportan, no mantienen el embarazo. Todo lo demás es ir probando, dejando que personas (no el sexo de ellas) ejerzan libremente cualquier oficio y disfruten de ello.

Cristina debe seguir con su ruta, con un camión de 18 toneladas. Como muchas otras personas que conducen camiones.

Pertenezco a una generación que ha visto donde hombres y mujeres han intercambiado oficios. Tanto uno como otros, han sabido romper, a su manera, los roles impuestos por una sociedad obsoleta.

Y donde el peor enemigo son las llamadas feministas extremas, que siguen luchando por una sociedad justa, pero son las primeras que cuando ven a una mujer ejerciendo una profesión que antes solo era de hombres, se rasgan las vestiduras y claman al cielo.

No creo en una sociedad machista ni feminista. Creo en una sociedad justa de individuos o personas que libremente eligen una profesión y en la que no debe existir el aprovechamiento de leyes para beneficio propio, ni para extorsionar a mujeres u hombres.

Nadie es superior a nadie, ni mujeres ni hombres. Todos debemos ser iguales y eso es por lo que se tiene que luchar, avanzar y conseguir.