Mis queridos/as leyentes, a veces, pocas, uno se encuentra con alguien a quien le hubiera gustado conocer tiempo atrás, porque le intuye afable, cordial y como llamo yo a las personas que no se avergüenzan de su pasado, entrañable. 

Aparte de que quizás sea un acto de cortesía saludaros, lo hago como una necesidad imperiosa, la necesidad de tomar aire fresco en este mundo de horteras, abrazafarolas, cierra bares y técnicos especialistas en todo. 

Me vais a permitir mis amigos, que os tutee y que os llame así amigos, porque me da la sensación de que os conozco de otra vida, de siempre, y a la vez porque yo nací en las dos Españas en las que según Machado, una bostezaba y la otra sonreía, porque compartía esa niñez, sin que nadie me contara cosas de la guerra estúpida fratricida, de una España que se destruyó la vida por no saber interpretar una palabra, Humanidad. 

He osado mis amigos a interferir por un instante en vuestras vidas sin más bagaje que un lápiz, una goma de borrar de las de antes y un sacapuntas de metal, a la antigua usanza, para en un papel reciclado (como no ) dejar por un momento que mi imaginación sea capaz de unir palabras, de expresar conceptos, de emocionarme con ellos y de escribir lo que mi alma me dicta.     

Y mi alma me lleva a menudo a entrar en las iglesias y catedrales buscando un poco de tranquilidad, de sabiduría, de silencio o de no se que cosa, fuera de horas de culto, para tener la felicidad de escapar de este mundo por unos momentos, aunque se que también ese mundo tiene cosas buenas.  

No quiero pecar ni de pedante ni de pesado, pero si deciros, aunque sea un tópico como las campanas de la Catedral de Palma que gracias a vosotros, a que os he descubierto, no solo mañana, sino cada día «puede ser un gran día » haciendo por enésima vez las palabras de Serrat, mías.

Un abrazo desde la isla de la calma mi Mallorca querida y deciros que, a veces, pocas, uno encuentra en el camino un árbol al que arrimarse, porque su sombra le enriquece enormemente.

Y como hombre de radio que he sido, soy y seré siempre, voy a decir lo que solía al despedir mi espacio dedicado a mis comentarios matutinos los domingos » eso amigos alguien tenía que decirlo «. 

Sabéis ? Ayer por la tarde, esas entrañables tardes de pre otoño intuyendo navidad, se me ocurrió, » desvanear » si se me permite el «palabro » y subí al desván para reencontrarme con cosas a las que de alguna manera echaba de menos. 

En una caja vetusta de zapatos de la marca Gorila ,si, con la que te regalaban una pelotita verde con el logotipo, pues ahí en esa cajita encontré los rastros de mi pasado no muy lejano.

Un tirachinas de goma, un lápiz de madera, unos cromos de Campanal, jugador del Valencia, una foto en el campo de fútbol del Atco Baleares con mi tío Ricardo García, como no, jugador de este equipo y pichichi en sus buenos tiempos, zurdo por naturaleza, una foto de mi madre cuando tenía 20 años, un par de canicas de las de arcilla y unas cuantas de las de cristal con el dibujito sicodélico dentro y el típico «Boll » como le llamábamos en Mallorca,  la bola más grande para jugar casi al estilo de la petanca y un disco de los Beatles, y uno de mi estimado amigo Toni Morlá, con el que compartí muchas noches en «Nit de Bauxa» en el CANAL 4 TV, canciones, palabras, tertulias, poemas y tardes de música con nuestras guitarras y que ya estará en el cielo de los cantautores dando la nota, musical claro, porque era genial.     

Encendí mi pipa y me senté en el suelo para ir mirando una vez más estos valiosísimos recuerdos para mi.

Todo me hacía llegar a una conclusión, éramos quizás analfabetos todavía, de las cosas de la cultura, eso vendría después, pero si éramos catedráticos de la calle. Hacíamos nuestras propias maneras de jugar, nuestros juguetes con cartón, madera, algún que otro clavo y eso sí, mucha imaginación.     

Pensé que eso es lo que les falta a la juventud de hoy, que no dudo es sana en su gran mayoría, pero demasiado tecnificada, demasiado de plástico y lo que es peor, sin casi iniciativas con capacidad de crear de la nada un sueño de piratas.     

Solo eso, como comentarista de radio que en su tiempo fui, me gusta de vez en cuando soltar algún rollo, eso sí con algo de nostalgia e imaginación.     

Pensé que os gustaría leerlo .

Muchas gracias .

Un abrazo . 

Que tengáis un hermoso y feliz día de pre otoño.     

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