El ego es un término que se ha puesto de moda en la actualidad, incluido como arma de doble filo. Lo vemos a diario en los medios de comunicación como dicho termino, es utilizado entre políticos, artistas, incluso en algún que otro trabajo es usado.

El ego en definitiva es la veneración que se siente por uno mismo, esperando la misma veneración de los demás. Muchas personas confunden “el ego” con” la autoestima”, cuya definición es la consideración, aprecio o valoración de uno mismo.

Para tener mejor los conceptos “el ego” es lo que pensamos que piensan los demás de nosotros mismos y “la autoestima” es lo que pensamos nosotros mismos. Se puede tener mucho ego, pero muy baja autoestima o al contrario alta autoestima y bajo ego.

Una persona con buena autoestima no depende del ego de los demás para sentirse segura y defender sus ideas o posturas. La mejor manera de no confundir a una persona con ego desmedido de alguien seguro de sí mismo, es estudiar los rasgos de los ególatras.

Personas ególatras

Los ególatras se comportan siempre de la misma manera, lo cual no quita que todos podamos tener algún momento puntual de “egolatría”. Si somos medianamente sanos, ya nos bajará algún ser querido a tierra tirándonos de las orejas.

-Las personas egocéntricas sienten que deben ser el centro de atención para validarse a sí mismas, Necesita recibir halagos constantemente. Se caracterizan por tener sentimientos de grandeza, una percepción exagerada de sus cualidades

– Intentan cubrir así su baja autoestima. A diferencia de una persona con buena autoestima, alguien con ego desmedido necesita la aclamación de los demás para mejorar su propia imagen subdesarrollada en secreto.

-Les gusta “debilitar” a los otros. Pretenden asegurarse así de que los demás no lo superen en los negocios o la vida en general, por lo que están constantemente a la defensiva.

– Están solos. Las personas demandantes y narcisistas sólo consiguen que las demás se alejen por agotamiento y desgaste emocional.

– Se caracteriza por presentar problemas de socialización, le cuesta respetar y valorar a las personas que se encuentran a su alrededor,

Tener cerca a alguien así es un desanimo para uno mismo, pero nunca está de más intentar comprender lo que se oculta detrás. Las personas ególatras no nacen con esa condición, sino que son formadas así a partir del entorno de su cuna. Son muchos y variados los factores que concurren para constituir una personalidad egocéntrica y casi todos se dan durante los años de la infancia.

Estas personas, que forman el entorno del sujeto egocéntrico, pueden ser familiares, empleados, amistades, conocidos, etc. Las necesita como el aire; así como precisa constantemente ser el centro de atención y sentir la aprobación incondicional de todo su entorno.

También necesita buscar y encontrar debilidades y defectos en los demás para hacerlos públicos, los manifiesta abiertamente y sin tapujos, aun cuando se trate de esa misma gente que compone su propio entorno. Es despótico y crítico inapelable; usa y abusa de los demás (lógicamente si es que los demás se lo permiten); antojadizo; inconstante; le gusta ostentar el poder que tiene sobre los demás y si posee dinero, alardeará exhibiendo sus nuevas adquisiciones”.

Manejar al ególatra

Cuando se tenga que señalar un fallo o un comportamiento equivocado de esa persona, se debe hacer con tacto y con respeto. Utilizando críticas constructivas y tratando de resaltar también algún aspecto positivo del asunto o de su persona. 

Se debe reconocer sus méritos de una manera justa, pero no adularlos. Son muy competitivos y conviene abarcar el tema e intentar transformar esta competitividad en cooperación, para hacerles tomar la perspectiva de los otros. 

No debemos creernos su discurso. 

Lidiar con personas egocéntricas puede resultar dañino y agotador a nivel emocional. En ocasiones estas personas son compañeros de trabajo, familiares o incluso parejas y no es sencillo marcarles límites. No obstante, si no lo haces, serán dos personas las que te estarán dañando y una de ellas serás tú. Cuida tu salud mental y emocional, aunque esto implique enfadar a otros o terminar el contacto con ellos. 

Narcisista 

Un narcisista es una persona que siente una admiración excesiva por sí misma, por su aspecto físico y por sus dotes o cualidades. Un narcisista por excelencia es una persona egocéntrica y orgullosa hasta el punto de no conseguir vivir una vida feliz, ya que muestra un egoísmo agudo y una desconsideración hacia las necesidades y los sentimientos ajenos que puede llegar a ser perverso.

La persona narcisista se considera especial y con más derechos que los demás. En el trabajo, un narciso es incansable porque siempre quiere mostrar su superioridad que le dará poder. No le gusta que manden sobre él. En función del grado de narcisismo puede llevar a sentimientos de ira y resentimiento hacia los demás, manifestándose en desprecio y demostraciones de poder ante otros.

La personalidad narcisista atiende al menos a 5 manifestaciones:

-Sobrestimación de la propia Valia.

-Constantes fantasías de poder y éxito

-Sentimientos de ser especial con respecto a los demás

-Excesiva necesidad de admiración

-Explota a los demás para conseguir sus fines

-Carece de empatía

-Actitud arrogante y prepotente

-Sentimientos de envidia hacia los demás o bien que es envidiado

Manejar a una persona narcisista

Un narcisista es una persona que siente una admiración excesiva por sí misma, por su aspecto físico y por sus dotes o cualidades. Un narcisista por excelencia es una persona egocéntrica y orgullosa hasta el punto de no conseguir vivir una vida feliz, ya que muestra un egoísmo agudo y una desconsideración hacia las necesidades y los sentimientos ajenos que puede llegar a ser perverso. 

La persona narcisista se considera especial y con más derechos que los demás. En el trabajo, un narciso es incansable porque siempre quiere mostrar su superioridad que le dará poder. No le gusta que manden sobre él. En función del grado de narcisismo puede llevar a sentimientos de ira y resentimiento hacia los demás, manifestándose en desprecio y demostraciones de poder ante otros. 

La personalidad narcisista atiende al menos a 5 manifestaciones: 

-Sobrestimación de la propia Valia. 

-Constantes fantasías de poder y éxito 

-Sentimientos de ser especial con respecto a los demás 

-Excesiva necesidad de admiración 

-Explota a los demás para conseguir sus fines 

-Carece de empatía 

-Actitud arrogante y prepotente 

-Sentimientos de envidia hacia los demás o bien que es envidiado 

Manejar a una persona narcisista 

Discutir con un narcisista sobre su forma de tratar a los demás es tarea inútil porque no van a ser conscientes del daño que provocan. Una de las mejores soluciones es establecer límites y distanciarse emocionalmente de este tipo de personas. Muchas personas optan por cortar los vínculos que las unen, sean de pareja, familiares, amistad o jefes. 

Lidiar con personas diferentes a tu manera de pensar y de ser, es un reto personal y diario. No te dejes embaucar ni en las mareas del narcisismo, ni te asomes a los acantilados del ególatra. En ambos tú mismo saldrás perdiendo. Descubre el mundo en busca de personas que puedan enriquecerte tu vida personal. 

El autor que habla de sus propios libros es peor que la madre que sólo habla de sus hijos” 

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