No todos los «bancos» son iguales ¿verdad?
Están cerrando sucursales, muchos ancianos vagan por las pocas oficinas abiertas como almas en pena, incapaces, muchos, por el deterioro de su salud o capacidades cognitivas encontrar la forma de poder ser atendidos y asesorados para intentar adaptarse a un nuevo paradigma tecnológico y de autogestión.
Mientras, debido a la inflación, más de la mitad, sus pírricas pensiones no alcanzan a poder afrontar los efectos de su pérdida de poder adquisitivo.
En cambio las cúpulas bancarias suben un 5% en el año 2022 a sus sicarios económicos, mientras despiden a miles de personas o prejubilan a bancarios, por cierto, la mayoría encantados.
¿Qué curioso? Las condiciones en las que se prejubilan muchos trabajadores de la banca son fantásticas, mientras un trabajador que se ha dejado la salud en la obra o en una mina, recibe un trato humillante.
¿Dónde están los trabajadores que deberían llenar de chalecos amarillos las calles, de contundentes protestas, luchando por pararle los pies a toda esta pandilla de mafiosos económicos?
Yo no lo sé, pero la cola del hambre cada vez es más grande, los despidos en sectores motor del sector turístico ya se están produciendo por la bajada de consumo a la vez que gran parte de los salarios y condiciones de trabajo son precarias, aumentando el número de trabajadores pobres.
