El espíritu festivo ha llegado, quieras o no quieras; las luces brillan por doquier y los escaparates adornados con motivos navideños, los puestos ambulantes de chocolate y churros ya están abiertos, los niños sin cole y el tráfico ha bajado considerablemente. Todo muy bonito y me quedaría aquí.

 Si no fuera por qué hay otra muerte que añadir a la lista de mujeres. Ayer comentaban que era un diciembre negro. Me acosté sabiendo que 10 mujeres habían sido asesinadas en lo que va de mes. Hoy me levanto con 12.

A mi parecer las medidas contra la violencia de género no funcionan si las que denuncian acaban en la lista negra. Me da miedo pensar con cuántos nuevos nombres terminaremos en esta lista de muertes al acabar las fiestas.

Señores dirigentes, políticos, jueces, hagan algo por Dios que están para algo, no sólo para calentar la silla y cobrar. Eduquen a la población venideras y pongan freno a la que ya está aquí.

Soy mujer, hija, hermana, madre de todas las mujeres del mundo. Desde aquí grito con todas mis fuerzas: ¡NI UNA MÁS!

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