Na Catalina de plassa
Como algunos recordaréis, el pasado mes de agosto publique en este “Periódico de Baleares”, una carta abierta al Excmo. Sr. alcalde… al final, la novela “Na Catalina de plassa” la entregue personalmente en el Ayuntamiento de Palma, estoy seguro que la policía local, siempre tan eficiente, se la entregó al Sr. alcalde, y es de suponer la habrá ojeado, guardado en un cajón o archivado en la papelera, o quizás, y es mucho decir, la habrá leído, no lo puedo saber, por desgracia estamos muy acostumbrados al silencio administrativo, el que desde el año 83 en que se sentenció a muerte el idioma del pueblo balear, por cierto, sin ningún apercibimiento, consulta ni razón, para sustituirlo por el de Cataluña, es lo que usan los políticos para ocultar y cerrar la puerta a cualquier atisbo que demuestre la mera existencia de la verdadera lengua vernácula y vehicular de las baleares; el idioma balear o mallorquín.
Pueblo balear
Por suerte, el verdugo no hizo bien su trabajo y todavía somos muchos los que sabemos la verdad de la actual dictadura política. Unos mandatarios públicos que, cegados por su propia inercia, olvidan que mientras exista un solo mallorquín, menorquín, ibicenco o formenterense, que lo defienda, el pueblo balear existirá, y que cuando ya no quede ninguno, ustedes, los políticos, tendréis el dudoso honor de haber terminado una bonita historia, una epopeya que empezó miles de años atrás, cuando un pequeño barco llegó a las costas de unas islas maravillosas y sus tripulantes decidieron establecerse, después vinieron otros y otros, muchos más, miles, todos nos dejaron la única herencia que podían dejarnos, su lengua, su historia, un pasado, entre todos construyeron algo tan hermoso como es nuestra lengua y el orgullo de ser Balear. Puede que, en un futuro, por la fuerza de vuestra ley, nos convirtáis en un pueblo más de Cataluña, esta es vuestra clara intención, puede que el legado de nuestros antepasados, la lengua balear desaparezca, puede que las futuras generaciones olviden sus orígenes, su patrimonio lingüístico, su cultura, puede… pero, recordad, eso siempre será una gran mentira y vosotros, los políticos, sus protagonistas.
Grupo Periódico de Baleares
Desde aquí quiero dar las gracias al Grupo Periódico de Baleares, por la oportunidad que, por cierto, se me niega en otros medios de comunicación, de poder mostrar cómo es la verdadera lengua vernácula del pueblo balear, la prohibida, la que sin embargo se habla cada día en la calle, un idioma tan antiguo como el castellano, cuya primera gramática la publicó De Nebrija en 1492 y la mallorquina José Benito en 1496, con apenas cuatro años de diferencia…
Na Catalina de plassa
La novela Na Catalina de plassa, es un relato basado en una canción popular, la difamación publica de una mujer que por muchos motivos no se puede contar en el idioma de Cataluña, no tendría ningún sentido, porque narra la misma esencia del pueblo mallorquín, mejor dicho, de la ciudad de Palma de principios del siglo XX.
Lengua balear
Al estar escrita en lengua balear, modalidad fonética mallorquina, ruego al lector tenga en cuenta, que esta gramática, igual que la castellana, y al contrario que la catalana, lo que busca es interpretar el sonido de la palabra, así que lo más fácil es leerlo tal y como viene escrito, enseguida os acostumbrareis y podréis escuchar, os lo aseguro, la auténtica voz del pueblo balear…
I Na Cataliana de plassa
Esper que sa comprensió d’es lettós sàpiga disculpà es méu atreviment per escríure aquesta històri, dedicada a cuolcú tant famós y conegud a sas Islas, com eu ês Na Catalina de Plassa, si dig ve, ês que són pòcas, o pod sê que cap, sas referènsis històricas o lliteràris, qu’aguantan aquest personatje, emb bastantas feynas unas estròfas cantadas p‘es, per jo, milló grupo de músics de sa nostra tèrra, Los Valldemossa, y que domés escoltandlós fan despertà lo més profund de s’identidat de tot un pobble.
Sa que vos contaré, ês mólt probabble que sigui sa metéxa a n’es fet a n’es que se referêx sa cansó, no’u sé, sa veritat ês qu’a jo, me la va esplicà, còma còsa cèrta, sa mèstra d’escola d’es méu barri. Pe’sa méua part, procuraré contarlâ, tal y com jo la vatx escoltà, o com la vatx víure, emb sa matexa llengo en que me la xerraren, vaja per endevant, vos demàn disculpas, pe’sas méuas erradas.
Segóns també m’esplicà sa professora, fa móls d’añs, per iniciativa populà, se va xécà un’estatua que representava a una dòna jove venguend pa emb un còvo; aquest monument, va’stà móls d’añs esposad a sa plasseta, devòra d’es molíns d’es Jonquêt, ahón avúy encara hey sería, si sas “autoridats competéns”, no l’havéssin retirada. Ês aquesta referènsi y altras indicis, com es fet de que s’himne de Mallorca està dedicad a »la Balanguéra», (que vé d’es francês »la boulangère»: sa fornéra, sa qui ven es pa) lo que m’ha duyt a considerà, que, pod sê, qu’es dos personatjes, varen essê sa metéxa persona…
A sa Mallorca d’es finals d’es siggle XIX, es pexetés y pexetéras, pescadós y pescadoras de Santa Catalina, vivían a un mon mólt du, emb pòcas o cap comodidat, gent pòbre, qu’intentava sobrevíure com poría. Ês an aquest ambient ahón se va crià Na Catalina Pons, una joveneta guapa y fenéra, que despertava sas envejas de tothom, emb móltas de ganas de víure, qu’a n’aquell tems que vos esplic, estava mólt enamorada d’un jove pescadó, totdós tenían espérànsas de futur, de matrimòni, però una fatalidat injusta elza va dú a víure un martiri inesperad, es veure com es bon nom d’élla éra rossegad de boca en boca, per culpa d’una cansó populà.
Però, déxêm que sigui sa metéxa Catalina, qui mos esplíqui sa séua vertadéra històri…
Nota del autor: A ser el espacio del que dispongo, por razones obvias, limitado, la novela se publicará en pequeños fascículos semanales, con algunas ilustraciones mías, disculpas por ser tan mal dibujante… espero que os guste y podáis seguir la trama sin mayor dificultad…
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