Lactancia materna, la mejor salud para tú bebé

La lactancia materna garantiza una fuente de alimentos segura, nutritiva y accesible para bebés y niños pequeños y un escudo protector contra las enfermedades o incluso la muerte.

Los beneficios de la lactancia materna tanto para los niños como para las madres son muy numerosos: contribuye a un desarrollo saludable del cerebro de los bebés y niños pequeños, los protege contra infecciones, disminuye el riesgo de obesidad y enfermedades, reduce los costes de atención médica y ayuda a prevenir el cáncer de mama y de ovario. 

Sin embargo, contrariamente a las recomendaciones de la OMS, menos de la mitad de los lactantes se alimentan exclusivamente con leche materna.

La lactancia materna. Beneficios

La leche materna tiene las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasa. Proporcionando las proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que los bebés necesitan. Tiene anticuerpos que ayudan a evitar que el bebé enferme.

La OMS recomienda que la lactancia materna puede extenderse hasta que el niño cumpla los dos años o incluso durante mas tiempo si la madre lo desea. Es mas aboga por la lactancia materna a la artificial, con base en diferentes estudios científicos que demuestran las ventajas que tiene la leche materna en la salud del bebé. Los nutrientes aportados por la leche materna son mejor absorbidos por los niños, aportan mejor las propiedades contra infecciones, o incluso, proporcionan efectos analgésicos.

 Según la OMS, los bebés que no reciben leche materna durante sus primeros meses de vida tienen entre seis y 10 veces más probabilidades de morir que los que sí la toman. Los niños alimentados de manera única por lactancia artificial también presentan mayor riesgo de contraer enfermedades o trastornos como la diabetes, la celiaquía, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.

Facilitar la lactancia materna

La lactancia materna no sólo es un comportamiento humano fundamental e importante que fortalece el apego y los resultados psicológicos. Sino que los sucedáneos de la leche materna, de forma parcial o exclusiva, repercuten sustancialmente a corto, medio y largo plazo en la supervivencia, la salud y el bienestar de los bebés y sus madres. 

Solo alrededor del 37% de los bebés de menos de seis meses lacta exclusivamente, y las tasas continúan bajando, especialmente en países de ingresos medios. Las tasas de muchos países, especialmente de aquellos de ingresos altos, son mucho más bajas. Además, la alimentación del neonato a menudo responde a un modelo social y refleja desigualdades (por ejemplo, en muchos países de ingresos altos, las mujeres de comunidades de ingresos bajos tienen las tasas más bajas de lactancia materna). Existe una amplia aceptación pública y profesional de que los sucedáneos de leche materna son casi equivalentes a la lactancia materna, a pesar de que existen pruebas que lo rebaten

Varios factores han contribuido a este pronunciado declive de la lactancia materna:

• La constante evolución de los estándares culturales conlleva que a menudo a las mujeres no se les apoya para que den el pecho en el lugar de trabajo o en sitios públicos.

• Muchos profesionales sanitarios carecen de la capacidad de formar y apoyar a las mujeres a que lacten.

• Ser madre adolescente

• Ser de etnia gitana

• Hijos previos

• Embarazos no controlados por matronas

• Cesáreas

• Mastitis

• Bebes prematuros

• Enfermedad maternal o neonatal

• Bajo peso al nacer

• Problemas con los pezones

• Incluso el haber nacido varón

La sociedad sigue imponiendo barreras a la elección de una madre sobre la alimentación de su hijo

Sigue existiendo la creencia, incluso entre profesionales, de que la lactancia materna es importante en sociedades desfavorecidas, pero nada o siquiera no tanto en nuestro medio. Hay enormes barreras sociolaborales por una legislación y una organización de los tiempos de trabajo que no favorecen la posibilidad de que las mujeres puedan amamantar con tranquilidad ni el tiempo que desean. Existe una defensa de posiciones contrarias a la lactancia desde determinados postulados feministas y de emancipación de la mujer hábilmente argumentados por personas de elevada formación académica.

La gran presión de la industria y los diferentes condicionantes sociales  requieren una combinación integrada de políticas de salud para establecer estrategias de promoción, protección y apoyo, para que toda la información, correcta y no sesgada llegue a la madre. Dando las herramientas necesarias a la futura madre de lo mejor, no solo sobre su salud, sino la de su futuro hijo.

Como sociedad debemos apoyar a nuestras hijas, amigas, compañeras de trabajo a que puedan dar libremente el pecho en lugares de trabajo, espacios públicos o habilitados a ello. No deben sentirse parias por querer proteger a sus hijos de enfermedades o de que ellas mismas de una manera natural, puedan beneficiarse de padecer en un futuro alguno de los canceres que acaba con la muerte de madres, hijas, amigas, compañeras, cada año.

Del 1 al 7 de agosto, se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia Materna, instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF en 1992. Surge como una manera de conmemorar la firma de lo que se conoce como Declaración de Innocenti, en donde se establecen todas las acciones, políticas e intervenciones que se deben hacer para promover y proteger la lactancia materna.