La mediación es una cuestión de actitud

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Estamos viviendo una época en la que venimos enlazando crisis económica, pandemia, guerra en Europa, inflación, crisis social y esto inevitablemente produce cambios en todos los sectores buscando soluciones o salidas diferentes a las empleadas hasta el momento, y esto mismo está pasando con la Justicia y el sistema judicial actual: saturación, pandemia y por consecuente mayor saturación y ahora una huelga de los letrados de la Administración de Justicia que suspende de media entre 8.000 y 12.000 juicios diarios.

Por ello, la mediación se presenta como un proceso para gestionar y resolver conflictos fuera de la vía judicial con todas las garantías legales, pero además se presenta como una cultura, una filosofía de vida y se basa en una actitud que se sostiene en principios como la igualdad, la imparcialidad, la buena fe, la confidencialidad y se alimenta de la comunicación y la empatía.

Los juzgados, los Tribunales que incluyen jueces y magistrados utilizan las leyes; en mediación, la comunicación es el alimento del proceso y a través de ella se logra el entendimiento de las partes, se favorece el dialogo y la comprensión mutua.

La mediación no es tanto una alternativa al sistema judicial, sino que ambos son dos sistemas complementarios, en el que además, son interdependientes pues ambos se necesitan mutuamente y ambos se alimentan del conflicto y trabajan sobre él, aunque de forma diferente.

La actitud también es importante para los mediadores y sobretodo para poder desarrollar su profesión de forma adecuada y conveniente frente al conflicto y hacia las personas que lo sufren.

Ser capaz de ver el conflicto como una oportunidad de crear equipo en vez de enemigos, de conocernos más y conocer más a la otra persona, de conocer las razones por las cuales se ha producido dicho conflicto, y tener el protagonismo de poder solucionarlo como un molde que se adapta a lo que mejor convengan las partes, puesto que partimos de la base de que cada conflicto es totalmente diferente, y por ende, debemos gestionarlo de forma diferente, pero siempre con
una actitud positiva de que seremos capaces de solucionarlo.

Si bien de entrada, se percibe el conflicto como algo negativo, el cambio de actitud nos conducirá hacia situaciones en las que el conflicto nos anima, tarde o temprano, a encontrar una solución.

Así, una actitud positiva, aquella que es receptiva, proActiva y cercana con las personas y orientada al análisis de las causas del problema y en la búsqueda conjunta de una solución. ​

¿Qué tres actitudes nos ayudarán a alcanzar el éxito de mediación?

La primera de ellas, la actitud de querer mejorar la situación. Esta es clave para poder empezar un proceso de mediación, cuando vivimos una situación de conflicto con otra persona y estamos enquistados en dicho problema, probablemente no querremos saber absolutamente nada sobre la idea de resolverlo, por ello, ese cambio de actitud, ayudará a que el proceso de dialogo, de entendimiento, de comprensión del conflicto se de con mayor facilidad y por ende, se pueda llegar a un acuerdo exitoso.

La segunda de ellas es la actitud de mostrarse vulnerable. Esto es difícil, precisamente la sociedad nos enseña a mostrarnos completamente contrarios a la vulnerabilidad, a que nos vean débiles, pero el mostrarnos vulnerables, ayudará al proceso y a que la otra persona pueda entender realmente que es lo que nos está pasando, que pueda empatizar con nosotros y que se puedan buscar soluciones satisfaciendo las necesidades reales de cada persona.

Y por último, pero no menos importante, la tercera actitud es la actitud de confianza, de compromiso hacia el proceso y hacia el mediador para que con su ayuda, nos vaya guiando con las diferentes herramientas de comunicación, y podamos cambiar nuestro lenguaje sobre la opinión que tenemos acerca del conflicto y así transformarlo a esa oportunidad que tenemos para conocernos más, y crear nuevas oportunidades de entendimiento.

La mediación sin duda, va más allá de un simple proceso de resolución de controversias en las que se pretende que las partes lleguen a un acuerdo. La mediación es cultura de la paz, es un tipo de filosofía de vida cambiando la visión sobre el conflicto, y que por lo tanto, conlleva un cambio de actitud.

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