“La crisis de los cuarenta” “crisis de mediana edad” ¿Quién no ha oído hablar de ella?  Lo primero que se nos viene a la mente, posiblemente tenga que ver mucho Hollywood, es un hombre de mediana edad cambiando su coche familiar por un deportivo, o bien machacarse en el gimnasio cuando, antes de ese periodo, nunca había pisado uno.

Pero lo cierto es que a partir de esa edad no se viven del mismo modo los cumpleaños, ya que tendemos a cuestionarnos nuestra vida pasada, nuestros logros, nuestros sueños. En definitiva, que tenemos la imagen de que cumplir años pesa emocionalmente y nos deja más cerca del final de nuestra vida.

Esta preocupación puede llegar a tal extremo que puede generar una pequeña crisis a nivel psicosocial. Aunque ha ocurrido también en mujeres, tradicionalmente se ha identificado un momento de crisis con repercusiones conductuales súbitas en el hombre.

La crisis de los cuarenta ¿Por qué se manifiesta en hombre?

Recibe ese nombre a un periodo o proceso de crisis a nivel psicológico y emocional que se da en aquellas personas que alcanzan los cuarenta años ante la percepción y la conciencia de que los años van pasando. En la mayoría de los casos, la crisis de los 40 dependerá del nivel de satisfacción con la vida, el trabajo, las relaciones sentimentales, así como la ambición y el nivel de expectativas de uno mismo.

 Suele entrar en juego una valoración de los sueños y proyectos que se han cumplido y los que no. La reflexión sobre la vida y la rutina que se sigue, incluso la idea de se va a entrar en declive, además de la percepción de estar perdiendo vigor, potencia física y atractivo sexual.

La crisis de los 40

Estas sensaciones pueden generar un gran estrés en quien lo padece, algo que puede desencadenar una serie de manifestaciones conductuales y emocionales caracterizadas por la impulsividad y la necesidad de introducir cambios en la vida de quien padece dicha crisis.

Respecto a la duración, puede ser muy variable según la persona; días o incluso años, dependiendo de cómo se gestione.

Una persona con habilidades para afrontar y resolver problemas, que tiene una buena red social y hobbies, sentirá la crisis de los cuarenta poco o nada. Las personas muy autoexigentes es probable que sientan más los efectos de la crisis. Cada persona interpreta la realidad de una manera única, por lo que no existen hechos que afecten a todas las personas por igual. Si bien no todas las personas tienen por qué caer en crisis ante las mismas circunstancias, no existe una vida sin crisis, son inevitables. Bien gestionadas dan lugar a crecimiento personal, pero, mal gestionadas dan lugar a una psicopatología.

Problemas más comunes en la crisis de la mediana edad

Podríamos considerar a la crisis de los cuarenta como una fase de duelo ante la percepción de una pérdida progresiva de la juventud: aparecen negación, ira, depresión, negociación… y con el tiempo también aceptación.

Problemas derivados de la crisis:

  • La negación de la propia edad
  • Hipocondría
  • Ansiedad
  • Angustia
  • Depresión
  • Problemas de sueño y apetito

Algunos hombres buscan aventuras y cometen infidelidades en esta fase, e incluso en casos extremos pueden llegar a querer romper con todo y abandonar el núcleo familiar. Laboralmente, pueden aparecer comportamientos como riñas, abandonos, cambio de puesto de trabajo. Es posible que se recurra al alcohol o drogas, como método de evasión y no enfrentarse a la realidad.

El aspecto físico o el cuidado de la imagen es otro aspecto que puede llevar a conducir cambios, cosa que ante no sucedía. Uso de cremas o cosmética, cambio en el estilo de vestir, introducción al deporte o el aumento de horas del gimnasio.

La crisis de los cuarenta o crisis de la mediana edad es una etapa de gran estrés y angustia para quien la sufre, es necesario tener en cuenta que el hecho de haber llegado a una edad concreta no implica el final de la vida: aún tenemos por delante un largo camino por recorrer, algunos sueños por cumplir o nuevos que surgirán, centrarse en metas o proyectos que nos facilite mirar hacia el futuro y no hacia el pasado.

El apoyo de nuestros amigos, familia o pareja, es recomendable tener una aproximación positiva y empática, comprender su angustia o su sufrimiento, no frivolizar en lo que nos están contando. Ahora bien, también hay que tener en cuenta que ello no implica carta blanca para el sujeto en crisis.

2 pensamientos sobre “La crisis de los cuarenta en los hombres

  1. Ni te imaginas lo equivocada que estás. Soy un hombre de 45 y nunca me atrevería a aseverar y sentar cátedra sobre temas como la menopausia, porque nunca sería el más indicado para hablar de ello.

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