La caza de brujas recaudatoria del Ayuntamiento de Palma… Quiere sancionar incluso a los comedores sociales
¿Se han dado cuenta de que toda la normativa que exige el ayuntamiento de Palma con la que tiene torturados a muchos empresarios es muy difícil de cumplir siempre? De hecho cuando hablas con graduados sociales y gestores administradores éstos te exponen que es prácticamente imposible cumplirla al 100% y mucho menos todo el tiempo.
Es decir, el Ayuntamiento de Palma tiene diseñada una tela de araña normativa e impositiva que es imposible de sortear y si deciden realizar una inspección por sorpresa a cualquier establecimiento, siempre encontrarán algo con lo que poder sancionar. Sobre todo, cuando hablamos de entidades que tienen pocos recursos y siempre están sobreviviendo a la precariedad que ello entraña, pues, priorizan otros aspectos más vitales.
Lo terrible, es que cuando cojes la normativa, metro por láser, calculadora en mano y te diriges a las oficinas y establecimientos del Ayuntamiento te das cuenta que ellos son los primeros que no cumplen las normativas vigentes.
Es hasta tal punto aberrante la situación que, en gran medida, la usan como mecanismo recaudatorio para, además de desangrarnos a impuestos, aumentar su voraz apetito de atesorar para mal gastar, todos sabemos lo que hacen con parte importante de los fondos públicos, como son gastos de peluquería, coches oficiales con chofer, contratación de asesores que no asesoran, etcétera…
Pues bien, ha llegado a manos de la redacción de este periódico la documentación que expone la intención del Ayuntamiento de Palma de cerrar en 10 días el Comedor Social Tardor, un lugar donde se atienden a más de 450 personas al día, es más, 365 días al año, sin tregua, todo por un problema originado por la falta de cumplimentar y entregar unos documentos técnicos sobre la campana de extracción de la cocina no aportados durante los duros momentos de la pandemia. Eso sí, con una amenaza de multa de 3.000 a 30.000 mil euros.
Los responsables de Asociación Tardor ya están realizando las pesquisas oportunas solicitando al Ayuntamiento que les ayuden ellos a buscar una solución, pues, partiendo de la base que se han dejado la piel durante más de 6 años para atender a las personas más pobres y marginadas de Palma, por lo menos, podrían colaborar en subsanar estos temas administrativos.
En todo caso, si finalmente el Ayuntamiento decide cerrar su comedor, los voluntarios de Asociación Tardor ya disponen de otras alternativas para dar respuesta a las personas que asisten, eso sí, el señor Hila y compañía pueden prepararse para una manifestación en la puerta de Cort cada día porque será ahí donde se convocará a todos los usuarios para el reparto de comida, como hemos mencionado, todos los días.
