El pasado viernes 19 de mayo, en los salones del restaurante sito en el hotel Artmadams, se celebró un almuerzo seguido de una fiesta realmente divertida hasta la extenuación por la risa de todos los asistentes.

Antes de nada, debo felicitar a Jaime España y Lluch Deyá, propietarios de Artmadams, por haber convertido el hotel en un lugar de culto para cualquier aficionado al arte. Desde las salas itinerantes abiertas al público, que continuamente exponen obras, sobre todo, de autores mallorquines actuales, pasando por cualquier rincón del establecimiento que guarda celosamente detalles (muebles, objetos…) de una belleza sin igual, además de pinturas y esculturas de grandes autores (Miró…), hasta la fachada, la famosísima fachada del Artmadams que, como todo el mundo sabe, es una monumental obra del pintor José Luis Mesas, convertida ya en un icono artístico no solo de la barriada de son Armadams y de Palma sino de toda la Isla.

Y, bueno, qué decir de las fiestas que se organizan en Artmadams, como digo en el título, son realmente inolvidables, si una es buena la otra es mejor, pero hablemos de la del pasado viernes, después del almuerzo (fritura, alcachofas salteadas y arroz negro), ¡jolines!, cómo nos divertimos, no paramos de reír y de bailar al son de Paco y su guitarra, un formidable profesional que además domina la escena de forma que incita a todo el mundo a moverse al son de sus melodías.

En fin, solo queda esperar que la próxima fiesta no tarde mucho en celebrarse. Para diversión en un lugar repleto de arte y buen gusto, no hay nada como el Artmadams. Allí nos vemos pronto, amigos.

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