El uso político que se hace de las diferentes lenguas en España

¿Un pinganillo?

Con frecuencia se habla de bilingüismo con enorme confusión. Todo hablante de dos lenguas, con independencia del uso de la segunda, es bilingüe, y eso es un grave error socio-lingüístico. No podemos llamar bilingüe a quien necesita por su trabajo, por costumbre, o porque sea su lengua materna, dos lenguas en su vida diaria, y no pueda prescindir de ellas, dentro de tú propia nación.

Cómo cualquier otro ciudadano en mi país, España, defendemos los avances laborales, libertad y justicia social.

Existe un problema que, a pesar de los obstáculos, y su mal uso, por parte de los políticos, el sentido común, ha de intentar esclarecer y solucionar.

La perspectiva ética y política predominante de una imposición contraria a la convivencia, y aplicada con una nueva Ley Mordaza lingüística, por algunas autonomías, que no debemos consentir ni tolerar.

RESET – REINICIO POLÍTICO (Partido político donde el sentido común, y el cambiar las normas y formas en política, es su seña de identidad), apuesta por la convivencia sana y libre entre conciudadanos, por encima de cualquier interés político, apostamos por nuestros derechos, convivencia, empatía y por la solidaridad, valores que se van diluyéndose cada día y con el paso del tiempo, provocados por el enfrentamiento, que no responde a nuestro bienestar, e impidiendo que podamos hablar y estudiar, con la lengua que NOSOTROS ENTENDAMOS MEJOR, sin menospreciar la otra.

Ellos, ellos y siempre ellos, deciden legislar, con pinganillo incluido.

¿Hablan de convivencia…o de destruir la convivencia?

Hay quien, en algún momento, ha pensado, o simplemente ha tenido, por causas personales, o por múltiples razones o motivos, que cambiar de ciudad o de comunidad dentro de nuestro propio país, encontrándose con la imposición de un idioma, por encima del que tenemos en común, utilizado y de uso de todos, con los cambios agobiantes que ello supone, al que hay que añadir una crispación social.

¡Pero qué van a saber de nuestra preocupación, estos políticos radicales, si no escuchan ni en una lengua, ni en otra!

¿Un pinganillo para todos?

Anclados a sus escaños y blindando su ideología errónea, observaremos, como a través de un pinganillo, tratan esta situación en el Congreso, asistiendo a otro espectáculo circense, donde ninguna lógica ni sentido común, avalará esta decisión.

Lo que preocupa a RESET es seguramente, lo mismo que quiere todo ciudadano de bien. VIVIR EN CONCORDIA Y SIN IMPOSICIONES ABSURDAS.

¿Hasta qué nivel de preocupación nos puede generar una imposición radical del catalán, euskera o gallego?, (y es inaceptable que encima, algunas de ellas se quieran imponer en otras regiones, como lo están haciendo en Baleares con el catalán). En nuestra opinión, es dificultar la cotidianidad, la convivencia y la cultura, pero también, una discriminación en toda regla de los derechos de todos los españoles para que sean iguales en España, que cualquier trabajador o ciudadano, puede denunciar ante la U.E. (Unión Europea), de hecho, ya hay jurisprudencia, y que ellos NO HACEN CASO DE ELLAS, y siguen con su imposición.

Nadie habla de prohibir nuestras lenguas, y por lo tanto, nuestra cultura lingüística, pero tampoco de imponer ninguna otra POR ENCIMA DE OTRA, si no, del mal uso partidista político que se hace del tema.

De ahí, nuestra preocupación como ciudadanos libres que somos, para opinar, expresarnos y plantear soluciones, como partido político.

¿Es necesaria una imposición o simplemente es un pulso entre políticos?
¿Hemos de hablarnos con un pinganillo?

Es imprescindible “que las instituciones donde esto ocurra» mantengan una política firme, empática y cambien de rumbo. O podemos enfrentarnos a ellos, con demandas en base a una discriminación por idioma.

Recordamos el artículo 3 de la Constitución. Es la lengua oficial del Estado, pero todos tenemos el deber y el derecho de usarla.

Sin embargo, líderes políticos defensores a ultranza de su propio idioma como primera opción, han elegido empatizar, a través del uso del idioma.

Ya tenemos ejemplos claros de la inconveniencia de una imposición lingüística, partidos políticos como PNV o Bildu decidieron hablar en español en el Congreso, e Instituciones vascas, debido claramente a una finalidad concreta, la necesidad de convertir su idioma el euskera en una opción, y que se articule como un mecanismo que facilite la comunicación entre todos, atendiendo a la lógica.

Mientras, partidos independentistas catalanes, ERC y Junts, han decidido que solo lo harán en su lengua. De hecho, la portavoz de Junt’s, Míriam Nogueras, ha asegurado que ni siquiera lo hará en los pasillos ni en las cafeterías. Un desprecio a todas luces a la lengua que utilizamos la mayoría de españoles. Entonces, habrá que preguntar a los políticos con esta actitud, si de verdad no piensan dejar de enrocarse en esta posición absurda, que solo se puede definirse, como una ignorancia supina, porque quienes defienden una sola lengua, en base a su criterio, les empobrece cultural y socialmente.

Pero como queremos avanzar, avancemos, a más lenguas, más cultura, más diversidad, pero a través de la imposición, solo atienden a la torpeza e ignorancia que les define.

¿Un pinganillo, para estudiar o cursar estudios, ir al médico, recibir correspondencia, llamadas a urgencia etc…?

No hay justificación alguna, curiosamente Isabel y Fernando, a través de las imposiciones, implantaron el Castellano, el cristianismo y conquistaron lo inimaginable. Después fue El Caudillo quien eliminó el uso de las lenguas propias, para que no fueran oficiales. Y ahora en democracia, los mismos que luchamos por la libertad, nos vemos obligados a usar otra lengua, y como método de decisión la IMPOSICIÓN POLÍTICA, mal amparada por las leyes de los políticos.

Desde RESET deseamos que se analice, que se tome el pulso social, que se legisle escuchando a todo ciudadano, a todo aquel que sostiene el país a golpe de su esfuerzo diario, con su trabajo, seamos empáticos y atendamos a la necesidad real de la ciudadanía, seamos serios y justos, entre vecinos, al tomar decisiones de tal envergadura. Si vale la pena, este enfrentamiento e imposición, para la convivencia entre lenguas