El enemigo no es solo el virus, la inflación, Putín o nuestros insensatos dirigentes…

Es ese vecino, conocido o personaje bien asentado económicamente que está frotándose las manos, esperando a que te arruines, a que no puedas pagar la hipoteca de tu casa, o el alquiler de ese estupendo local en primera línea para poder ‘comprártelo o traspasarlo barato’… lo que es malo para ti, para él, es un estupendo negocio, ya sabes, ‘no es nada personal’, además… es legal ¿no es así?
Es el que miraba desde el balcón con una cínica mueca cuando te manifestabas en la calle mientras te machacaban a multas por hacerlo, pero que en ningún momento hizo el más mínimo gesto de apoyar la expresión desesperada de tu sufrimiento.
Es el que te observa desde la tranquilidad del que tiene un sueldo asegurado, una profesión bien asentada y en alza… y no se solidariza activamente para paliar tanta ruina y muerte.
Luego están los indigentes morales que desde la mira del que ostenta un alto cargo, enchufado, colocado o paniaguado de un ‘sistema clientelar’ de unos políticos que poco tienen que ver con lo que piensas, sientes y necesitas… realizan el vuelo del buitre sobre ti… son el fruto de la herencia del bipartidismo que se lo han repartido todo entre sus bien allegados durante más de 40 años.
Ellos quieren comprar tus pertenencias, quedarse con tu trabajo para colocar a uno de los suyos, quieren que no puedas remontar nunca más tu vida llevando sobre tus espaldas una deuda impagable y unas heridas emocionales incurables.
Lo tienes y los has tenido siempre tan cerca… que no lo ves.
Mmmmmm, se me olvidaba, antes de que te arruinases y te fueran tan mal las cosas ¿tú no eras de los que hacía antes lo mismo que los que ahora se van a aprovechar de tus circunstancias verdad?
Por cierto… ¿Qué hay de tu apartamento? Te lo compro por la mitad de lo que pagaste, dinero en mano…

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