El agotamiento físico y psicológico de una madre

Esta semana ha sido muuuy larga para mí. No sé porque la verdad, son los mismos días, las mismas horas y tareas de siempre. Pero llegó el viernes y me derrumbé. Estaba cansada física y mentalmente. De todo hacía una montaña de un grano de arena.

No me doy cuenta a lo largo de la semana, de las cosas que puedo llegar hacer, incluyendo a mis hijos. Mi marido hace lo que puede, llega a las 18:20 de trabajar y casi casi es la hora de peleas-baños, peleas-recoger los juguetes, peleas-cena, peleas-dormir. Mi casa se ha convertido en el 75% de las veces en un batalla en la que soy el enemigo que abatir. Nunca hubiera creído que un preadolescente y una niña en la fase de los 2 años unirían fuerzas contra mí. O eso me parece mí, creo que han hecho un pacto a mis espaldas para ir turnándose 6 días y juntándose 1.

Nadie dijo que ser madre fuera fácil. Nadie me dijo que, por muchos consejos o ayudas, al fin y al cabo, estoy sola en esto. Hay un padre presente (gracias a Dios) pero el 80% de las veces esté o no, me quieren a mí. La carga va en aumento, los desahogos no dan abasto y las tareas siguen ahí.

Para todos, las mamas son todoterreno, superheroínas, pero ¿Cómo me veo a mí? esa es la cuestión.